Los Cantones no siempre dieron cobijo a las fundaciones que hoy lo habitan, como relata el panel número 15 de la exposición ‘Las edades de los Cantones’, que organiza El Ideal Gallego al pie del Obelisco, que se sitúa temporalmente en los 80 para explicar los cambios en algunos de los locales históricos de la zona.
Francisco Vázquez explicó poco tiempo después de asumir la alcaldía, en 1983, que su idea era “recuperar los Cantones de los años 20, haciendo del centro de la ciudad un gran bulevar, como, aunque parezca exagerado, los de París o Barcelona”. Esta idea pudo llevarse a cabo en 1989, cuando el pleno aprobó el plan de reforma interior de los Cantones, que quería unificar la cornisa de todos los bloques de edificios y eliminar los denominados “dientes de sierra”.
Ese plan se materializa con la construcción en el Cantón Grande de las fundaciones Barrié y Caixa Galicia, así como las oficinas de la Once. En cuanto a la Barrié, ocupó el lugar del ya demolido edificio que acogió en su bajo el Café Galicia y otros tres inmuebles vecinos. La de Caixa Galicia quisieron ubicarla justo en el otro extremo, en las tres primeras casas del Cantón Grande, previo derribo de ellas. No obstante, finalmente se situó junto a la Barrié, una obra para la que hubo que tirar cuatro inmuebles, entre ellos el numerado como 21, en el que primero estuvo Librería Zincke Hermanos y después Librería Arenas, que se mudó al Cantón Pequeño en julio de 1994.
No obstante, en el Cantón Pequeño hubo bajas en el comercio tradicional: Helados La Ibense (Cantón Grande, 14) y Confitería Los Cantones (Cantón Grande, 13), dos locales históricos, cerraron en 1992, y no hubo hasta entrado el siglo XXI un nuevo edificio en lugar de los dos inmuebles que ocupaban.