Ha variado y aumentado notablemente la ruta que Papá Noel realiza en los últimos años respecto a anteriores visitas a la ciudad. Hace no demasiado, antes de que las peticiones llegasen a Laponia vía electrónica, algunas de sus próximas paradas de este año no eran más que un solar y ni siquiera llegaban a proyecto urbanístico. Sin embargo, después de que el baby boom de Novo Mesoiro o Xuxán incrementasen su carga de trabajo, el próximo sábado a las 17.00 horas tocará la primera visita oficial de Papá Noel a Monte Martelo, donde la noticia se celebra como si de la realeza se tratase. Aunque en realidad es mucho más: el cuento de hadas y la magia de la Navidad llegaría a una de las esquinas con más dificultades en el día a día y que menos aparece en las guías turísticas. 

Podría decirse que, literalmente, los vecinos de Monte Martelo han hecho todo lo que está en sus manos para que Papá Noel se sienta como en casa. El local provisional de O Birloque 9, cedida por una asociada mientras el Ayuntamiento asigna otro definitivo,  ha sido decorada gracias al trabajo de varios vecinos durante un mes, en sesión de mañana y tarde, hasta superar las cien horas en total. 

Ni uno solo de los elementos del interior del inmueble puede encontrarse en tiendas, por lo que se puede decir que se trata de piezas únicas y sin par. Desde un pesebre a una chimenea, pasando por carteles o incluso una jaima beduina. “Esto no tiene nada que envidiarle al Zara de la calle Compostela”, bromea la secretaria de la asociación, María Paz. “Hemos usado de todo: goma, fieltro e incluso pan rallado para la arena del belén”, añade.

Halloween 

Uno de los elementos que más llaman la atención en el interior es la chimenea, que evidentemente nunca podrá prender la leña al ser en su totalidad cartón y papel. Y es que es en los detalles donde se aprecia la minuciosa labor de las voluntarias de una asociación que tienen claro qué fue lo que marcó un antes y un después a la hora de llevar a cabo iniciativas de este tipo. “Después de la decoración de Halloween y la respuesta de los vecinos decidimos hacer algo parecido con la llegada de Santa”, reconoce. “No hay por qué ser socios y queremos invitar a todo el mundo a que se acerque”, añade. 

Aunque el local luce como el más brillante de los escaparates, las voluntarias vecinales advierten que todavía quedan sorpresas por descubrir, y que no será hasta el propio día de la visita de Papá Noel cuando todo esté dispuesto. Entonces, serán los propios residentes los que hagan una petición común para el año que viene. "Las luces de la avenida de Glasglow no son suficientes, porque somos un barrio muy extenso”, apuntan. “Pedimos más, porque la intención es mejorar la Navidad de cara al año que viene", finalizan.