La plaga del picudo rojo obliga a talar otras 43 palmeras en A Coruña

Los escarabajos roen ya varios de los troncos de Méndez Núñez, de gran valor patrimonial
La plaga del picudo rojo obliga a talar otras 43 palmeras en A Coruña
El palmeral amenazado / Carlota Blanco

La Concejalía de Medio Ambiente hace todo lo posible para frenar su avance. Pero parece imparable. La plaga del picudo rojo, el escarabajo asiático que devora palmerales enteros por toda España, es el causante de las talas que hacen desaparecer ejemplares en las zonas verdes de la ciudad. Sin ir más lejos, en el último trimestre del año se talarán 43 nuevas palmeras. Otras serán objeto de cirugías, en este caso en un punto tan emblemático como los jardines de Méndez Núñez, al que se trata de proteger a toda costa. 


Los informes que recibe el Ayuntamiento del contratista del servicio de mantenimiento de jardines del lote 1 refleja que se talarán doce ejemplares y 28 están con tratamiento de endoterapia. Este primer lote corresponde a varias zonas donde se ha detectado picudo en las palmeras que tendrán que ser taladas: plaza de Portugal (tres ejemplares); plaza de Recife (cuatro); Conservatorio (uno); Monasterio de Caaveiro (uno); plaza de Maestro Mateo (uno); plaza de Zalaeta (uno); y Monasterio de Cimas (uno). El lote 3, que agrupa al resto de la ciudad, contabiliza 93 palmeras a tratamiento preventivo y la necesidad de talar 31, de las cuales 25 se asumen bajo el contrato y, el resto, fuera del acuerdo.

 

Cirugía

El tiempo sigue siendo cálido, así que cuando se pasea por los jardines de Méndez Núñez uno agradece las sombras de sus emblemáticas palmeras. Sin embargo, estos árboles también están sufriendo la plaga del picudo rojo. Ocho de ellos tienen que ser sometidos a cirugía. A simple vista es posible observar cómo en la copa algunas ramas están mustias. Sobre todo el penacho central, cuando decae, es el primer signo de que este escarabajo asiático se ha abierto paso en el interior del tronco. Según confirman los expertos consultados, la cirugía es algo que solo se lleva a cabo cuando el parásito está en el interior.  


Los informes del servicio de mantenimiento de jardines del lote 2 (que comprende Méndez Núñez) es optimista: señala que los ocho árboles que se encuentran afectados tienen entre un 70% y un 80% de viabilidad. Estos ejemplares se encuentran dispersos por todo el jardín, desde la Rosaleda hasta el Copacabana. El resto serán sometidos a un tratamiento preventivo, como lleva haciéndose desde hace años, para tratar de alejar al picudo. José Ramón Amado, concejal del PP, mostró su preocupación por la evolución de la plaga tras examinar los informes de estas concesionarias: “Instamos al Gobierno municipal a incrementar la labor de prevención y de cuidados de elementos tan singulares como el palmeral de los jardines de Méndez Núñez y en otras zonas de la ciudad”. Es verdad que estos parásitos campan a sus anchas por toda la ciudad, a pesar de los esfuerzos de Medio Ambiente por proteger las palmeras que se encuentran en terreno público. Existen dos tipos de tratamiento: la inundación, que consiste en rociar el exterior con el repelente, y la endoterapia (aplicar la sustancia en el interior del tronco, donde anida el escarabajo).

 

Expertos

Pero se trata de una plaga muy agresiva y simplemente a menudo el mejor remedio es la tala. En el informe examinado por el PP figuran nada menos que los 43 ejemplares mencionados por toda la urbe, aunque no en Méndez Núñez, que se suman a los más de cien que se han ido retirando a lo largo de los años en los distintos puntos. “En el caso de las palmeras taladas, instamos a sustituirlas por otras especies arbóreas autóctonas que no se vean afectadas por el picudo para que no disminuya el arbolado de la ciudad, tan necesario para el medio ambiente”, reclama Amado. Pero si ocurriera lo peor y fuera necesario derribar uno de los setenta ejemplares que forman el mayor palmeral que subsiste en Galicia, resulta difícil imaginar que se sustituyeran por cualquier otra especie. Sin embargo, quizá es conveniente que los coruñeses vayan haciéndose a la idea, porque ninguno de los expertos consultados se ha mostrado muy optimista al respecto, incluidos un par de organizaciones ecologistas.  


Ya hace dos años, el Grupo Naturalista Hábitat y Adega advertían de que las probabilidades estaban en contra, pero todos coinciden en que uno de los factores que determinará la longevidad del palmeral  es cuánto dinero está dispuesto  a invertir el Ayuntamiento en mantenerlo. Existen toda clase  de trampas, repelentes y sensores que permiten una detección temprana, pero el picudo solo necesita un buen año para reproducirse hasta niveles incontrolables. Para los técnicos es solo cuestión de tiempo. 

La plaga del picudo rojo obliga a talar otras 43 palmeras en A Coruña

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