Hace tiempo que Corea en la ciudad es algo más que el sobrenombre ‘koruño’ para el barrio de Labañou o que la cultura se reduce al jazz del americano Chick Corea. Entre la internacionalización de los gustos, la globalización de las industrias culturales y la reducción de los costes de viaje, el puente entre A Coruña y el gigante capitalista de la península de Corea, la del Sur, es cada vez más pequeño y los intercambios culturales más brutales. 

Incluso los tiempos de asimilación son cada vez más efímeros, por lo que el shock que supuso la entrada de Bonilla a la Vista en 2019, a través de la oscarizada ‘Parásitos’, suena cada vez más lejano. Entonces bastó con que los inquilinos-okupas de la mansión se comiesen unas patatas y que la icónica lata apareciese en segundo plano para desatar una locura que ahora mismo provoca una producción de más de 10 toneladas al mes solamente para Corea del Sur. De hecho, la secuencia ideada por el director Bong Joon-ho tenía poco de casualidad: tres años antes la empresa coruñesa ya había entrado por todo lo alto en su país y se había convertido en un producto gourmet-popular que causó todo un boom. 

Poco que Bonilla a la Vista ya había sembrado su semilla Inditex: desde 2010 con Massimo Dutti y a partir de 2014 con la venta online de Zara. Dos años después, en 2016, Amancio Ortega adquirió un edificio de 27.000 cuadrados y 22 plantas en Myeongdong, motor comercial del país. El valor fueron 328 millones de euros. Hoy, esa apuesta seguramente se quede en una genialidad visto el factor de crecimiento de todas las marcas del grupo en el país de Samsung, KIA o Hyundai, entre muchas otras.

La tercera pata del eje atlántico en pleno Mar Amarillo y Mar de Japón no podía ser otra que el matrimonio entre el K-Pop y el Depor. Este fue una realidad la pasada semana, cuando una conocida cuenta de jóvenes que bailan canciones de BTS y otras bandas de repercusión mundial eligieron la camiseta de la Liga del 2000 para conquistar TikTok.

Dirección A Coruña

Definitivamente, dos no se casan si uno no quiere, y la influencia coruñesa tiene su repercusión más que evidente en la economía local y en el día a día de la ciudad en la que nadie es forastero. Hace tiempo, de hecho, que ningún plato lo es, y en apenas un tres años han proliferado cuatro restaurantes que enfocan la comida surcoreana desde diversos prismas: uno más generalista con Seul Soul, otro más street food con Waba Waba, y ahora con el sustituto de este, Seul´s Grill  y su parrilla.

Yongzhe Lin regenta Onara, en la avenida de Arteixo, que gracias a sus enormes raciones y su evidente condición de cocina casera se ha ganado casi la perfección en Google: 4,9 sobre 5 para el paladar de los coruñeses. Él, un año después de iniciar su aventura, tiene claro por qué sus paisanos y él mismo adoran la ciudad. “Me gusta todo: la comida gallega, la gente y el que es una ciudad muy limpia. La gente, además, es muy buena”, sentencia.

Por su parte, la organización Erasmus Student Network ha detectado un incremento importante de solicitudes desde Corea del Sur. Jinyoung An es uno de ellos y ya ha participado en sus primeras experiencias inmersivas en lo que a gastronomía y ocio nocturno se refiere. Además, el K-Pop sigue ganando adeptos y alimentando un intercambio cultural que ha llegado hasta la embajada de Corea del Sur en España. Todo ello plantea la posibilidad de que A Coruña se cuele en la agenda de Lim Soosuk, nuevo embajador.