La luz que debía guiar a los Reyes Magos hasta A Coruña se apagó después de que estos llenasen de regalos a los más pequeños. Fue la tarde del pasado lunes el último acto de servicio de una iluminación mucho más ambiciosa en cuanto a inversión (un incremento del 60 por ciento respecto a 2023, hasta los 800.000 euros finales), aunque algo irregular en su funcionamiento y puesta en escena.
La realidad dice que A Coruña ha sido un destino navideño con alta capacidad de atracción. No obstante, parece no necesitar de sus luces para conseguirlo. Y es que lo que estaba llamado a ser el gran atractivo, las tres coronas situadas en María Pita, fueron intermitentes en el sentido estricto de la palabra: varias veces se suspendió su espectáculo de luces y música y hubo tardes enteras que, para chasco de los visitantes, permanecieron averiadas. No fueron las únicas: varios barrios del centro y la periferia denunciaron que las luces no hicieron su cometido en días señalados, como es el caso de la zona de la plaza de Vigo en Nochebuena.
Las tareas de desmontaje durarán varias semanas, al igual que las de instalación (comenzaron en enero). Eso sí, el encendido, tal y como informó este diario, fue el más tardío de España.