Podrían los roperos de A Coruña, los que siguen en pie y los que se perdieron de la mano de sus locales, contar miles de historias. Abandonadas para siempre y víctimas del descuido de sus propietarios, las prendas jamás reclamadas podrían ser objeto de un museo del ocio nocturno en el que identificar las modas por décadas. Y es que, ¿quién no tiene un conocido que no recuerda en qué momento se ‘divorció’ de su chaqueta o sudadera? Al dolor sentimental se añade la pérdida material y económica, pues a la hora de ser de olvidarnos da igual si se trata de una ganga de saldo o de una marca de pasarela parisina.  

Sin embargo, la gerencia de la discoteca The Clab, dentro de la cual se incluyen las sesiones Chaston, ha decidido poner solución al segundo de los problemas: toda prenda que pasara por el ropero y no aparezca jamás tendrá su compensación económica de forma íntegra. Es decir, si alguien pasó por el guardarropa antes de adentrarse en la pista de baile, conservó su llave y la prenda no está a la hora de marchar la dirección del local abonará el importe íntegro. Sin límites ni condiciones. “Si en algún momento pierdes tu prenda te pagamos la totalidad del importe. Hay que presentar una factura de compra, evidentemente, pero consideramos que es una medida pionera en la ciudad. Somos el único que lo hace”, dicen desde The Clab, que ha contratado un seguro específico para ello.

Pago del seguro 

El precio de poner la prenda a salvo es de dos euros y en la misma percha se permite colgar una prenda y un bolso. Dentro de los dos euros 1,50 corresponden al servicio de mantenimiento y los otros 50 céntimos corresponden al pago del seguro. “Para nosotros, el ropero es la parte más sensible de cualquier sala y un posible foco de problemas en caso de que no funcione bien”, lamenta la gerencia. “En los 80 había más robos y era todo mucho más agresivo, lo que pasa es que la gente se enteraba menos por la prensa”, añade. 

Por otra parte, según anuncian, cada noche habrá siempre dos personas custodiando el ropero, una de ellas de seguridad. “No puede quedar ni un minuto solo”, explican fuentes de la discoteca respecto a la seguridad y la vigilancia.

Antojos 

Por otra parte, el ropero como espacio de asueto en medio de una noche larga es otra de las novedades que podrán encontrarse los clientes de The Clab. Desde las próximas semanas se podrán comprar comestibles e incluso acceder a merchandising de la histórica sala. “Queremos implementar, con chucherías y comestibles de impulso, ese espacio”, recuerda la gerencia.

Por otra parte, el merchandising ya era una tendencia en las discotecas de los 90, como el caso de Pachá o El Bosque.