A Coruña tenía sed de ascenso. Lo demostró el pasado día 12 cuando los aficionados se bebieron hasta la última gota de los bares de Riazor y lo ha vuelto a evidenciar con un récord seguro que ha desbordado incluso a un gigante como Estrella Galicia. Según afirman desde la propia cervecera, jamás un partido de fútbol y su posterior celebración han supuesto una descarga semejante de litros del derivado de la cebada. “Hemos superado los litros distribuidos en cualquier partido en la historia del Depor”, afirma Alfonso Pequeño, brand ambassador de la empresa coruñesa. “Es difícil dar un dato concreto, pero hemos superado incluso los años en los que el Deportivo jugaba la Champions League”, añade.
Serán tres puntos de celebración masiva el sábado, con Riazor, Cuatro Caminos y seguramente el fin de fiesta en el centro, y otro más el domingo con la afluencia masiva a María Pita. Si la historia del día del gol de Lucas se repite serán casi 100.000 personas ávidas de brindar por el primer éxito en años. Esta vez la marea blanquiazul no cogerá con el pie cambiado a los hosteleros, que estiman entre un 70 y un 100 por cien en la mayoría de los casos el refuerzo en el pedido, especialmente de cerveza, hielos y bebidas para la mezcla de los combinados. “Sé que pagué una factura importante, pero el martes bufaba y seguramente luego se venderá todo”, confiesa Héctor Cañete, presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de A Coruña. “El día del ascenso nos quedamos todos cortos”, añade en referencia al Boulevard de Rubine.
Será doble la jornada de trabajo para Alberto Boquete, presidente de los hosteleros de La Marina, una zona que será fin de fiesta el sábado y punto de partida el domingo. “Planteamos cargarnos sobre todo de cerveza, que en estas ocasiones es lo que más se consume”, dice el también propietario de La Mansión 1783. Muy cerca, en la plaza de María Pita, Pablo Breen, de The Breens Tavern, tiene la medida tomada de los conciertos de verano. “Vamos a reforzar el servicio a lo bestia, como los días grandes de las fiestas”, dice a los que acudan al recibimiento en el Ayuntamiento.
Emilio Ron, por su parte, tendrá en el Cine París una extraña mezcla: jóvenes de traje con motivo de las graduaciones y la avalancha blanquizul sedienta de más. “Hemos duplicado el pedido y va a ser un fin de semana inolvidable”, comenta el gerente del histórico local, que el domingo, habitual jornada de cierre, realizará una apertura especial con motivo del acto institucional en el balcón municipal.
Se quedaron con la miel en los labios los hosteleros que el día 12 esperaban una llegada masiva de aficionados a Cuatro Caminos. Sin embargo, esta vez, con la visita del bus del equipo, estarán ‘armados’ hasta los dientes. Lugares como Simbo tendrán barra a pie de calle y Delicias reabrirá sus puertas.
Los que deseen prácticamente empalmar la fiesta del sábado con la mañana del domingo también encontrarán cobijo en el ocio nocturno. Antonio Ruiz, propietario de Piccadilly, Queen, La Calle y Quai reconoce: “Es una cantidad de gente para la que nadie está preparado”. Además, apunta a la necesidad de realizar un control especial de vigilancia propia a la hora de que los clientes sean respetuosos con los vasos, el control de accesos y las más que previsibles colas.