Los abonos gratuitos para viajar en tren por Galicia, aprobados por el Gobierno central, no solo han incentivado los desplazamientos en este medio de transporte, sino que otros sectores se han visto beneficiados. Es el caso de los taxis de A Coruña, que, desde que la medida está vigente –septiembre de 2022– han aumentado su actividad. “Nunca se hicieron tantos servicios a la estación de tren como ocurre desde que está bonificado el billete”, señala el presidente de Teletaxi, Ricardo Villamisar.
El representante de la compañía mayoritaria considera algo “lógico” este hecho. “La gente utiliza más el tren y, por lo tanto, lo que a veces se ahorran, lo utilizan para ir en taxi a la estación y volver a cogerlo a la vuelta”. Hace casi un año, además, se cambió la localización de la parada de taxis de la estación. Desde entonces, ubicada en la avenida del Ferrocarril con ronda de Outeiro, todavía hay usuarios a los que les cuesta acostumbrarse a este emplazamiento. “La parada no es muy visible, pero no hay otro sitio. Hay cierta confusión pero esto no ha hecho que se trabaje peor, ya que la gente se va acostumbrando poco a poco a cruzar la calle para coger un taxi”, explica Villamisar.
Por su parte, el presidente de Radio Taxi, Antonio Vázquez, comenta que “todo el mundo supone que la parada está dentro de la estación”. Esto, para los usuarios que “no saben que la terminal está en obras”, hace que todavía esperen para coger un taxi en los soportales, que próximamente serán derribados por el proyecto de la intermodal.
Además, desde abril del año pasado, el Adif informó al sector del taxi que estos vehículos no podrían acceder al recinto para dejar a clientes, excepto en casos de personas con movilidad reducida. El resto de usuarios sí puede entrar en el aparcamiento de la estación. Los profesionales del sector preveían entonces un “trastorno importante” a la hora de desarrollar su actividad, sobre todo en días de lluvia o momentos puntuales en los que hubiese mucho tráfico. Durante las primeras jornadas de cambio, algunos conductores todavía entraban en la estación por inercia, pero casi un año después, las dudas se han despejado y su trabajo no se ha visto perjudicado.
En otra parada que también se mudó de su ubicación habitual el año pasado, la de la plaza de Pontevedra, también sigue habiendo despistados. Tanto Villamisar como Vázquez coinciden al considerar esto como una cuestión de “hábitos” y no creen que se deba señalizar más que lo que ya se hizo estas paradas.