El guardián del faro que tiene un hueco en la historia de A Coruña

Pedro Pasantes fue el último farero de la Torre, pero el primero en descubrir al ‘Mar Egeo’ encallado en las rocas; casi tres décadas de servicio que le han dejado anécdotas de por vida
El guardián del faro que tiene un hueco en la historia de A Coruña
Pedro Pasantes, último farero de la Torre | Javier Alborés

Detrás de la luz había un guardián que a día de hoy continúa hablando de su trabajo con una visible pasión. Fue el último farero de la Torre de Hércules, donde pasó 26 años de servicio hasta que se jubiló en 2012. Las casi cuatro décadas en activo de Pedro Pasantes están marcadas por miles de anécdotas. 


Trabajó en las islas Sisargas y en Vilán, pero fue en el faro romano de A Coruña donde vivió experiencias que le marcarían de por vida. Las tragedias del ‘Mar Egeo’ y el ‘Gondiez I’, las tormentas presenciadas desde lo alto del monumento y la declaración de la Torre como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco sucedieron con él al frente del faro. Más de 2.000 años de vida en los que Pasantes tiene un hueco. 


“Estaba de servicio. Era una noche de temporal y cuando era así siempre estabas más pendiente”, así comienza el farero a rememorar lo ocurrido el 3 de diciembre de 1992. A las 05.00 horas tocaba revisión, por lo que partió hacia el túnel que conecta con la Torre. “Se me dio por abrir la puerta de la explanada y ya vi los focos y el barco. Fue una sorpresa enorme verlo arder y es algo que impresiona”. Este día en el que una nube negra tiñó el cielo de A Coruña perdura en su memoria, pero Pasantes califica como “más impactante” el accidente del ‘Gondiez I’. “Hubo víctimas. Sentir los gritos de la gente es lo que más se te queda. El ‘Mar Egeo’ fue un desastre para la ciudad, está claro, pero esto me marcó”, dice.


Este jueves volvió por unas horas a la que fue su casa. Aunque, en realidad, lo hace muchas veces. “Voy a menudo. Mis nietos me dicen que vayamos. La mayor se acuerda de cuando dormían allí. Esas cosas no se olvidan tan fácilmente”, señala. El día que la Torre fue declarada Patrimonio de la Humanidad no pudo contener la emoción. “Estábamos todos pendientes y cuando se supo, estaba en la Torre muy emocionado. Recuerdo que nos lo comunicaron desde Sevilla y fue un día que no olvidaré”, añade.


En sus años como guardián del faro romano coincidió con Manito, del que solo tiene buenas palabras: “Vivía todo lo de la Torre más que yo. Eran las 2, 3, 4 de la mañana y me llamaba diciendo ‘Oye, vamos a sacar fotos". 

El guardián del faro que tiene un hueco en la historia de A Coruña

Te puede interesar