Todo cambia, y hace mucho que vivir a la orilla del mar dejó de ser algo exclusivo de pescadores. Los pequeños y humildes edificios dejan paso a grandes bloques de apartamentos que no todo el mundo puede permitirse. No es el caso del 46 de la calle Matadero que fue en su día el hogar de la millonaria y filántropa Rosalía Mera y que pronto se derribará para dejar paso a un reluciente bloque de siete pisos cuyas enormes terrazas mirarán al oeste, a la puesta de sol sobre el Atlántico. 

En su juventud, Rosalía Mera contempló en numerosas ocasiones ese mismo panorama, como señala  la biografía ‘Rosalía Mera. El hilo suelto’ de Xabier R. Blanco. Claro que entonces A Coruña era muy distinta. El antiguo matadero que dio nombre a la zona todavía existía cuando ella era niña, en los cincuenta, y todavía quedaban muchos años para que se urbanizara el Paseo Marítimo. 

La gente seguía llamando a Matadero por su antiguo nombre, Berbiriana, los desechos se vertían directamente al mar y conservaba todo su aire industrial y pesquero que comenzó a perder durante los años setenta y ochenta, a medida que la presión urbanística hacía crecer a la ciudad y trasladaba edificios industriales a la periferia para convertir el centro en residencial. Tanto cambió Rosalía Mera, convertida de humilde coruñesa a empresaria millonaria junto con su marido Amancio Ortega. Si Mera no hubiese fallecido prematuramente, podría haber contemplado cómo la casa de su niñez desaparecía bajo las palas excavadoras, junto con el número 48 y 44, para dejar paso a una reluciente fachada de cristal. Por ahora permanecen como encogidos entre dos edificios más nuevos y muchos mayores, de siete plantas.

A la venta 

Mera es una de los pocos coruñeses que podrían permitirse comprar uno de estos pisos que saldrán a la venta por 875.0000 euros por la inmobiliaria mataderopremium. Cada piso tiene tres dormitorios, garaje, trastero, y lo más espectacular, una enorme terraza que se convierte en una prolongación del salón, lo que permite tener una vista privilegiada de la bahía del Orzán que ni siquiera interrumpe una barandilla acristalada. 

Comparado con un piso que se vende en la misma calle, un primero con cuatro habitaciones, por 470.000 euros, el precio de la nueva promoción destaca  por lo alto que es, aunque se gaste poco en luz al tratarse de pisos iluminados de 11.30 horas hasta el crepúsculo.  En su página web anima a los compradores a bajar a la pequeña y “no ventosa” playa de Matadero. Un privilegio que sí está al alcance de todos.