El juicio por la muerte de Mónica Marcos, panadera del barrio coruñés de O Birloque, se reanudó este lunes con la declaración de un último testigo y la conclusión de la partes personadas, antes de decretar el ‘visto para sentencia’.
El encausado, José Ramón Guerreiro Galdo, mantenía una relación amorosa con la víctima en el momento de los hechos. Tras supuestamente cometer el crimen, en la tarde del 15 de septiembre de 2021, huyó a Madrid, donde fue posteriormente detenido.
A lo largo del juicio, un jurado popular compuesto por 11 personas, pudo esclarecer sus dudas acerca del veredicto final, con las declaraciones de los múltiples testigos, así como de las diferentes pruebas documentadas.
La última declaración tuvo lugar durante la mañana de este lunes en la Audiencia Provincial de A Coruña. Se trató de una psicóloga del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga), que participó de forma conjunta con los dos médicos forenses en el informe psicológico del acusado.
Tanto Guerreiro Galdo, como su defensa, tenían ciertas expectativas en esta declaración, ya que pese a haberse declarado culpable de cometer el crimen, sostenía que estaba eximido de responsabilidad penal porque tenía alteradas sus capacidades cognitivas y volitivas.
A lo largo del testimonio, la psicóloga apuntó que en el estudio realizado al presunto autor del crimen “se aprecia tendencia a exagerar síntomas”, así como la no existencia de “trastorno de personalidad, ni síndromes clínicos graves ni psicóticos”, en contraposición como su defensa alegaba.
Si bien es cierto que se podía observar una “cierta dependencia al alcohol y las drogas, no tiene alterada la percepción de la realidad”, concretó la psicóloga del Imelga.
Tanto la Fiscalía como la acusación particular mantienen la petición de 25 años de prisión para el acusado por asesinato con agravantes de alevosía, parentesco y género.
No obstante, retiran el delito leve hurto, con una petición del pago de una multa, ya que no “ha quedado suficientemente acreditado”, según explicaron.
“Queremos que se haga justicia”. Tengo la plena convicción de que José Ramón Guerreiro Galdo mató a Mónica Marcos”, expuso la fiscal refiriéndose al jurado popular.
También sostiene que José Ramón Guerreiro no es la primera vez que se sienta en un banquillo como acusado: “Ha sido denunciado por tres mujeres distintas y detenido por obstrucción a la justicia, al no poder ser localizado”. “Es la misma historia repetida. Chantaje emocional, amenazas con quitarse la vida…”.
Por parte de la acusación particular, se entiende que lo que destruye la presunción de inocencia del acusado es que tras los dos informes forenses complementarios (petición por parte de la defensa del encausado), “no se observan ni trastornos psicológicos ni consumo de drogas en los últimos tres meses”, según apuntaron los forenses.
En la misma línea que la fiscal, la acusación mantiene que “este señor sabe lo que es sentarse en el banquillo de un juzgado, sabe lo que le conviene y tiene su estrategia”.
La defensa del encausado, por su parte, expone que “no es un mal tratador en el ámbito de la violencia de género”.
Asimismo, considera que es “poco probable que hubiese una intención de eliminar las pruebas”, lo que justificó de nuevo a tener las “facultades mentales mermadas en el momento de los hechos”.
Por último, también expresó su voluntad de no calificar como asesinato y sí como homicidio, al no entender que existan agravantes de alevosía y género.
“Fue un ataque repentino, provocado por la situación del acusado, sin ninguna intencionalidad premeditada”, puntualizó el letrado.
Finalmente, una vez realizadas todas las sesiones del juicio oral, este martes la Audiencia Provincial de A Coruña dictará sentencia para el acusado.