El Ayuntamiento se siente seguro al presentar los presupuestos de 2025 sin el apoyo del BNG. Está dispuesto a llegar a una cuestión de confianza porque sabe que los nacionalistas nunca pactarán con el PP. Sin embargo, cabe una posibilidad: que se unan para modificar los presupuestos, como le ocurrió al Gobierno de la Marea Atlántica en 2017, cuando el alcalde, Xulio Ferreiro, recurrió a la misma maniobra para aprobar sus cuentas. El teniente de alcaldesa, José Manuel Lage, fue muy claro al respecto: “Por si non o sabedes, vaides sabendo que so hai catro ámbitos moi concretos. A carallada esta de 2017 xa vos digo eu que non vai a pasar”.

Lage hizo estas declaraciones durante su intervención en el programa ‘A Coruña Opina’, en la Cadena Ser. El también portavoz del Gobierno local compartía mesa con los portavoces de la oposición, Francisco Jorquera, del BNG, y Miguel Lorenzo, del PP, que tuvieron que escuchar cómo les aleccionaba al respecto en cuanto hablaron de aportar alegaciones al documento que presente el Gobierno de Inés Rey: “Non cabe porque hai xurisprudencia, e sentenzas. Modificar o orzamento pola porta datrás non vai ser posible”. Y fue más allá: “Houbo unha cuestión de confianza en Pontevedra, e resolveuse por un decreto da Alcaldía. Para que o teñades claro”.

El Bloque confesó que lo más probable es que se aprueben las cuentas sin necesidad de apoyo

Aquel año, el BNG y el PSOE se pusieron de acuerdo para modificar los presupuestos antes de aprobarlos, lo que es muy difícil que ocurra con el PP y el BNG, dada su escasa sintonía. Pero no es lo mismo modificar un presupuesto por enmiendas que por alegaciones. Las primeras se pueden forzar con el voto en el pleno. Las segundas son aportaciones que se hacen una vez se hayan aprobado las cuentas inicialmente y que puede o no aceptar el Ayuntamiento.

Después de que el portavoz del Gobierno local abriera fuego, el debate subió rápidamente de tono. Lorenzo fue el primero en responder: “Que te quede claro, yo no voy a ser cómplice de vuestras políticas. Si piensas que voy a apoyar el presupuesto que presente Inés Rey unilateralmente, no voy a apoyarlo”. Aquello llevó a Lage a una encendida defensa de las políticas municipales y de la ‘segunda modernización’ prometida en campaña electoral.

Pero, más allá del debate, el guion está claro: primero se lleva el presupuesto a pleno. Si se rechaza, se lleva de nuevo, pero esta vez vinculándolo a la permanencia de Inés Rey en la alcaldía. Es lo que se llama cuestión de confianza. Después, se abre un plazo de 30 días para que la oposición presente un nuevo candidato avalado con la firma de catorce concejales (mayoría absoluta). Es decir, la moción de censura. “É certo, e non eludo esa situación. Se van aprobar, pero sen o visto bo do BNG”, reconoció Jorquera. Pero recordó que, si no rectifica, se verá sometido a “derrotas continuas” de aquí hasta el final del mandato.

Lage insistió en su disposición al diálogo, y puso como ejemplo la regulación de las viviendas de uso turístico, pero aludió a las “estratexias e tácticas do BNG” para explicar su postura. “O PP está instalado no ‘canto peor, mellor’, unha actitude destrutiva”, recriminó. Aseguró que se atienden todas las demandas, pero el resto de la conversación evidenció, más que nada, el espacio que separa al PP y el BNG y que es la mejor garantía del PSOE para la aprobación presupuestaria.