La tormentosa relación de A Coruña con la borrasca Aitor se hizo la luz a tiempo para respetar la enorme cola de curiosos y hambrientos por probar lo que ofrecerá la llegada a la ciudad de Pink's. Y el local de moda de smash burger dio exactamente lo mismo que lo hizo famoso en Madrid: 200 ejemplares de la variedad de carne aplastada. Ni uno más ni uno menos. La única diferencia es que, por tratarse del primer día, esta vez era gratis. Esa será una de las marcas de la casa: cuando se acabe la producción, limitada a dos centenares de hamburguesas, echará la verja.

Corrió como la pólvora la convocatoria. No importó que San Andrés, donde se ubica el pequeño local a la altura del número 102, esté patas arriba. La respetuosa fila creció en dirección hacia la plaza José Sellier, donde incluso llegó a conectar con los atónitos clientes de las terrazas. Una pandilla de adolescentes y jóvenes de entre 16 y 23 años esperaron más de una hora y media a que las puertas se abrieran de par en par para ellas. No importaba, era el planazo del día para Paula, Eimy, Isabella, Antía, Lucía y Alejandra. “Las smash burger son lo mejor: por la innovación, el turismo, la moda... todo eso ha puesto las hamburguesas modernas de moda”, afirman. No defruadó su primer mordisco, para los registros de la historia de la hamburguesa en la ciudad. “Está buenísima”, apuntó una de ellas. Eran las 20.38 horas del jueves 26 de septiembre. Para entonces ya sonaba 'Pink' de Aerosmith, origen del nombre del local.

Por delante le quedaba a la plantilla de más de una decena de trabajadores saciar el creciente apetito de una cola que sobrepasaba con creces el stock de burgers. El detalle emotivo fue cómo los clientes cedieron su lugar a una persona mayor que, acompañada de una joven, pasó del número 20 de la parrilla a la segunda posición.

Los menos duchos en moderneces no ocultaron su asombro. “¿Qué regalan aquí?”, se preguntó un viandante. Al conocer el motivo respondió: “Hay que tener mucha hambre”. Y es que, entre el Imserso y las hamburguesas gratis, el 26 de septiembre quedó instaurado como el día de la cola 'koruña'. Al fin y al cabo, todo placer lleva su tiempo.