En el Día del Padre hay que recordar que una ciudad como A Coruña tiene también sus progenitores, aunque sean de manera simbólica y metafórica. Estos son algunos de los padres de los que la ciudad es orgullosa hija.
El primero al que habría que referirse es a Hércules, que según la leyenda fundó A Coruña tras derrotar al gigante Gerión cortándole la cabeza. Sobre ella construyó después la Torre, el faro en activo más antiguo del mundo, patrimonio de la humanidad y la que es la figura más reconocible de la ciudad. Otro padre fundador de A Coruña podría ser Breogán, caudillo celta a quien se atribuye la fundación de Brigantia.
Tras los padres fundadores irían los padres 'desarrolladores'. Uno de ellos sería Alfonso IX, rey de León. Él fue quien en 1208 otorgó a A Coruña la categoría de villa, junto con ciertos privilegios que impulsaron la ciudad como núcleo urbano y puerto comercial, de manera que lo que era antes solo la parte que es la actual Ciudad Vieja y un pequeño arrabal portuario, se extendió hasta once kilómetros de diámetro. El impulso lo completó en el siglo XVI Felipe II, quien consolidó el puerto coruñés como clave en las rutas atlánticas, además de fortalecerlo militarmente frente a amenazas como la de los ingleses.
Un padre 'protector' es lo que significó Fernando de Andrade, 'O Bo', para A Coruña, ya que su figura desempeñó un papel clave en el siglo XV a la hora de organizar la defensa y la organización de las tierras gallegas, incluidas las de la ciudad, ayudando a estabilizarla en tiempos muy convulsos y situándola como punto estratégico.
Para 'padre intelectual', José Cornide. Este ilustrado coruñés, que también fue regidor de la ciudad en el siglo XVIII, documentó la historia y geografía de Galicia, ayudando a construir su identidad cultural y poniendo en valor su patrimonio. A ello también contribuyó otro padre 'filántropo', Eusebio da Guarda, un benefactor que financió obras educativas y sociales en la ciudad, invirtiendo en el futuro de sus habitantes.
Entre los importantes 'progenitores' hay que hablar de sir John Moore, un padre que se sacrificó por A Coruña, pagando con su vida, en la batalla de Elviña (1809) el precio de defender la ciudad de las fuerzas napoleónicas.
Y por último, un padre 'deportivo', nunca mejor dicho: Arsenio Iglesias, el padre del Súper Dépor, el eje sobre el que se generó todo un sentimiento blanquiazul que llevó a la ciudad a cruzar fronteras a través de su fútbol y de sus títulos.