Jorge Peteiro (A Coruña 1959-2013) tenía una máxima en la vida, que solía comentar a sus más íntimos: aspiraba a marcar tendencia y a servir de inspiración para que otros pintores emulasen su trabajo. “Estoy deseando que me salgan imitadores y gente que copie mi estilo”, le gustaba decir. Para él, esta sería una prueba irrefutable de que había logrado alcanzar el éxito en su carrera como pintor.
Tras ver el trabajo que realiza Curro Lariño ‘Curreiro’ en el sur de España, tal y como relataba ayer El Ideal Gallego, sus amigos y su familia tienen claro que, al menos en esa faceta, podía estar tranquilo. Las similitudes entre ambos son notables y esto es algo que ha molestado a los depositarios del legado del pintor coruñés. “Es complicado saber dónde está el límite entre la imitación, la copia del estilo y la inspiración”, analiza Pedro Vasco, comisario de la exposición de Peteiro que acogió el Kiosco Alfonso hasta el pasado 21 de julio.
Vasco descubrió la obra de este autor, afincado en Cádiz aunque coruñés, cuando se lo contó una tercera persona. “Tengo un amigo que estaba de visita en Andalucía, lo vio y se dio cuenta de que el estilo es exactamente igual”, explica.
Bea García Trillo es la viuda de Jorge Peteiro. Es, además, la depositaria de su legado y la persona que se encarga de velar por la integridad, la imagen y el honor del pintor, que falleció hace ya once años. Si hay dudas sobre la autoría de un cuadro, también es la responsable de verificar que se trata de un ‘peteiro’.
Para Bea García Trillo, descubrir los cuadros de este artista han supuesto “un disgusto tremendo”. “Cuando me enteré de lo que estaba haciendo, me pareció una burla al trabajo de Jorge; cuando me enteré de que era de A Coruña, me pareció peor, pero cuando vi que utilizaba sus mismas palabras para definirlo, entonces sí que ya me enfadé del todo”, explica.
La viuda de Peteiro se refiere a las palabras con las que le gustaba a su marido identificarse, color y alegría, que son exactamente las mismas que utiliza en sus redes sociales para hablar de su trabajo el pintor afincado en el sur.
Para Bea García Trillo, las similitudes son más que evidentes y reconoce en Curreiro gran parte de los motivos, los trazos, los colores y la inspiración que se muestra en los cuadros de un hombre al que la alcaldesa de A Coruña, Inés Rey, definió, al inaugurar la exposición sobre su obra en el Kiosco Alfonso la pasada primavera, como uno de los referentes de la pintura de vanguardia gallega.
Sin embargo, que existan esos parecidos y esas semejanzas, que resultan muy evidentes para familiares y amigos, no significa que resulte sencillo emprender acciones legales.
“Consultamos con algunos expertos y con abogados y nos dijeron que no se podía hacer demasiado, porque va a ser muy complicado, y eso sí que me pareció un chasco”, confiesa la viuda. Para Bea García Trillo, lo ideal sería poder otorgar el reconocimiento debido a quien creó un estilo propio, reconocible por cualquiera que conozca su obra, aunque no sea necesariamente un experto, en la que plasma todo un universo lleno de colorido y de imágenes inconfundibles. “Creo que lo justo sería darle valor a quien es el original y poner a Jorge en su sitio, en el sitio que merece”, afirma.
Algunos de los expertos consultados por la familia creen que abrir un proceso legal en este caso no sería sencillo. Pero hay más opciones antes de optar por esta vía. Lucía Silvoso, abogada experta en temas de propiedad intelectual, afirma que lo más habitual en estas situaciones es recurrir a la vía civil, para lo cual es “fundamental contar con un informe pericial acreditativo” que recoja todas las similitudes.
Sin embargo, si la familia no se ve con fuerzas o no quiere intentar esta opción, existen otras, como enviar un requerimiento previo, ya sea al autor o a la galería donde expone, especialmente si hay una remuneración obtenida mediante esa actividad.