El mapa de A Coruña que arrojan las elecciones autonómicas el pasado domingo no es muy distinto del resto de Galicia. El PP obtuvo unos buenos resultados, ganando en nueve de cada diez distritos. La excepción es el de Monte Alto. Se trata de un feudo tradicional de la izquierda (oscila entre el BNG y el PSOE) pero que el PP logró arrebatarle en las municipales del año pasado.

En medio de la victoria general, destacan los distritos uno y tres, donde el PP supera el 50%, porque son por tradición feudos del partido socialistas. En cuanto a los distritos cuatro, seis y siete, donde el PP, sin llegar al 50%, sobrepasa a sus rivales holgadamente. Por lo que respecta al PSOE, en ninguno de los distritos se acerca ni siquiera al 20% de los votos. En tres (uno, tres y nueve) obtiene un 15%, lo que relega a una situación poco más que testimonial.

Sumar, únicamente en el distrito dos, donde venció el Bloque, ha pasado del 3%, mientras que Vox se mantiene de forma bastante similar en todos los distritos entre el 2% y el 3% de los votos. Peores son los resultados de Podemos, que en la mayor parte de los distritos es aventajado por el partido animalista Pacma. Esto demuestra la escasa implantación territorial de ambas formaciones (Podemos y Sumar) que libran una batalla en Madrid

Aunque es difícil extrapolar estos datos a unas municipales, el resultado que daría este que el partido popular obtendría 13 concejales, el bloque diez y el PSOE únicamente cuatro. No se puede considerar una advertencia para Inés Rey, pero es sin duda una tendencia negativa para el PSOE, porque su principal rival ha aumentado su número de votantes con respecto a las otras autonómicas en más de cinco mil votos, mientras que el PSOE ha perdido casi 2.000.

Hay que señalar que el distrito 7, donde también venció el PP, es especialmente importante porque supone casi uno de cada cuatro votos de al ciudad, y por el peso que tiene ha sido uno donde el vencedor ha sido el PP, casi diez puntos por delante del BNG y triplicando los votos del PSOE. En las últimas municipales ya había votado por el PP, pero antes había sido un voto oscilante entre esta formación y PSOE. Ahora parece decantarse definitivamente por el partido de la gaviota.

El ‘Ohio’ de Betanzos

Los expertos consideran que Betanzos volvió a ser en estas elecciones el Ohio de la comunidad al reproducir casi de manera idéntica el resultado de Galicia. Las autoridades municipales matizan estas consideraciones porque, en esta ocasión, “no se clavaron” como en otras, si bien lo cierto es que el PP consiguió en el municipio el 47,97% de los votos, apenas seis décimas por encima del 47,36% total con el que obtuvo 40 escaños en el Pazo do Hórreo.

El BNG, como segunda, se llevó en Betanzos el 29,8% de los sufragios, una variación de punto y medio respecto al 31,57% alcanzado en las cuatro provincias, mientras que el PSOE, con un 15,2% superó la cifra a nivel autonómico, que se quedó en el 14,04%.

La variación respecto al resultado del 18-F resultó evidente entre Vox y Sumar. El primero quedó por detrás del segundo, cuando a nivel gallego el partido de Yolanda Díaz quedó relegado al quinto puesto con menos del 2%. No así en Betanzos.

De esta manera, Alfonso Guerra sabía horas antes que el resto de la aplastante victoria del PSOE en las Generales de 1982. Por eso lo primero que pedía Manuel Fraga al comienzo de la noche electoral era el ‘Test de Betanzos’. Un municipio de 24,19 kilómetros cuadrados y menos de 14.000 habitantes, con ocho núcleos pero sólo uno urbano, que predice quién ganará en España