Reportaje | Ver A Coruña en colores desde La Marina cuesta 650.000 euros

La vivienda de 150 años lleva dos semanas a la venta
Reportaje | Ver A Coruña en colores desde La Marina cuesta 650.000 euros
La Marina, coloreada desde el primer piso del 25.-27 de Riego de Agua / Patricia G. Fraga

Si la Torre de Hércules es el monumento más importante de la ciudad, las galerías que dan al mar son su imagen más icónica, las que le ganaron el apelativo de la “ciudad de cristal”. Y entre ellas destaca una precisamente por las hermosas vidrieras de colores que recubren la fachada y que la hacen destacar incluso en el día más gris. Mientras que los edificios a ambos lados muestran un uniforme color blanco, esta casa firmada por Gabriel Vitini y que se terminó de construir en 1872, exhibe su propio arco iris, en el que predomina el azul, pero también el verde, el naranja y el marrón. Y ahora, el primer piso está a la venta, por el precio de 650.000 euros. 

 

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PATRICIA G. FRAGA


Que se considere o no un precio alto depende del cristal con el que se mire: las vistas que ofrece el piso no son solo en technicolor, sino que dan a La Marina y a la Dársena deportiva, de manera que se pueden observar los yates atracados y la ría coruñesa cada mañana. No es una casa moderna, y no tiene garaje ni ascensor, pero el comprador gana a cambio el privilegio de residir en un piso único, protegido por ser patrimonio cultural de la ciudad. Solo las vidrieras tienen más de cien años. O las tenían, porque el cristal veneciano, que había llegado de Inglaterra en barco, tuvo que ser restaurado hace quince años, aunque la reforma tuvo que respetar escrupulosamente la vidriera antigua. 
 

Por si fuera poco, los techos tienen varios metros de alto, las puertas cuentan con arcos acristalados y la galería incluye columnas que la flanquean. El resto de la casa está vacío, con las paredes de barrotillo (en aquella época las medianeras no se hacían con pladur) vistas. “Es una casa para reformar, para alguien que la aprecie y que quiera crear su propio espacio”, señala María García, la vendedora, que ha comenzado a mostrársela a las visitas hace solo quince días.
 

Todos se quedan encantados al descubrir las vidrieras que forman arcos, que le dan un aire neogótico, como el que podría tener una catedral. Por el lado de Riego de Agua no es tan colorido, porque presenta huecos pequeños y ordenados, como es obligatorio para conservar la uniformidad de esa calle. “Espacio hay, porque son 150 metros. Por eso la dueña lo vende: es demasiado espacio para ella sola”, explica García.
Si el maestro Vitini hubiera afrontado unas normativas tan rígidas, quizá no hubiera podido crear este despliegue de colorido neogótico. Pero quizá tampoco habría sido posible conservarlo en su estado original para su próximo dueño, sea quien sea.

 

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PATRICIA G. FRAGA

Reportaje | Ver A Coruña en colores desde La Marina cuesta 650.000 euros

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