El roscón de Reyes de A Coruña podría llegar con una sorpresa amarga

La mítica confitería de Menéndez Pelayo está en venta y, si consigue un traspaso rápido, no llegará a Reyes
El roscón de Reyes de A Coruña podría llegar con una sorpresa amarga
Las colas para hacerse con un roscón de Glaccé son un clásico de cada año | Pedro Puig

Uno de los roscones de Reyes más famosos de la ciudad pende de un hilo. Y es que, si se cumplen los deseos de su propietaria, la famosa confitería Glaccé de la calle Menéndez Pelayo no llegará siquiera a soplar las velas de su 60 aniversario, una efeméride que se cumpliría el próximo 4 de diciembre. Que el establecimiento está en venta es vox populi desde hace semanas. Sin embargo, la celeridad con la que los responsables desean finalizar el proceso hace peligrar ese ‘último baile’ o último capricho dulce para los habituales de las colas de comienzos de año.


Los roscones 2025 están en manos de la decisión de Mari Carmen Gómez Martín, responsable de un establecimiento otrora familiar, pero en el que ella es prácticamente el único miembro que sigue al pie del cañón. Y cree que ya le toca dar un paso a un lado. “Me voy a jubilar, francamente es lo que me apetece”, confiesa. “Mi intención es, si puedo, vender lo antes posible, pero solamente eso: vender. Si no llega alguien que se haga cargo ya veremos qué pasa, porque lo que no quiero es alquilar”, añade la propietaria de un establecimiento que supera los 150 metros cuadrados en plena zona centro.


Vuelta de vacaciones 

El pasado viernes Glaccé reabrió sus puertas tras un mes de cierre por vacaciones. Para los incondicionales resultó una primera victoria, toda vez que la gerencia no daba por hecha la continuidad a 2 de agosto. Lo único que es seguro es que ahora mismo siguen tanto la intención como el proceso de venta, y también que ya se han producido los primeros acercamientos. 


Si hay venta, seguramente no habrá roscón original de Glaccé en 2025. O al menos hecho con las manos de siempre, porque Mari Carmen se compromete a favorecer un periodo de transición. “Todo depende de las circunstancias, pero yo por trabajar no tengo problema: si alguien se queda el negocio me da igual echarle una mano al principio” asegura.


La confitería Glaccé está en venta por un valor aproximado de 800.000 euros. Sin embargo, a mayores de la inversión que requiere por parte de los interesados, el problema para que el establecimiento se mantenga fiel a lo que ha sido durante seis décadas es otro: la falta de profesionales. “El negocio es muy jugoso y el lugar impresionante, pero faltan pasteleros”, asevera la todavía dueña. “Mi gente se está acabando por cosa de la edad. Es como todos los oficios, como el vuestro, por ejemplo, a los que ya os ha comido terreno internet”, bromea la mujer más buscada en navidades después de los Reyes Magos y Santa Claus

El roscón de Reyes de A Coruña podría llegar con una sorpresa amarga

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