Los locales vacíos inundan las calles de la Sagrada Familia, un barrio que hasta hace poco más de una década disponía de un tejido comercial potente que cubría todas las necesidades de los vecinos. Pero, sin esperarlo, todo cambió, dejando atrás esa riqueza de servicios que a día de hoy solo recuerdan los que han vivido esta dura transición. Los motivos son varios: jubilaciones, traslados y la irrupción de Vioño. Un cóctel que ha dejado al barrio “abandonado”, según el presidente de la Asociación de Vecinos y Comerciantes Paternidad Sagrada Familia, Juan Rodríguez.
“La Sagrada Familia necesita de todo, porque a día de hoy el tejido comercial no tiene nada y está totalmente carente”, señala. Para volver a desarrollarse, comercialmente hablando, el presidente de la entidad reclama inversión. “El Ayuntamiento está de nuestra parte, no hay nada malo que decir, pero necesitamos inversión municipal y que la gente se anime a venir porque es un barrio que en su interior está abandonado”.
Los comerciantes, hosteleros y vecinos esperan con ansias el paso de la ronda peatonal por este distrito, ya que la consideran “un impulso” que dará “vida” a la Sagrada Familia. Según anunció hace meses la concejala de Infraestructuras, Noemí Díaz, esta senda, que conectará A Gaiteira con la calle Barcelona, estará finalizada antes de que concluya este mandato.
Esta también destacó la importancia que tienen para el comercio local peatonalizaciones como esta y que la ronda peatonal sirve para conectar cuatro de las calles más comerciales de otros tantos barrios de la ciudad. A Gaiteira, Alcalde Marchesi, Ángel Senra, As Conchiñas o el Agra do Orzán saben de lo que se habla, pero la Sagrada Familia nunca ha disfrutado de su propia calle comercial, algo que podría cambiar en los próximos meses.
El presidente de la Federación Unión Comercial Coruñesa (FUCC), José Luis Boado, explica que este barrio tiene “mucho volumen de gente”, por lo que su recuperación pasa por la llegada de nuevos comerciantes que se instalen en la zona y cubran las necesidades de los habitantes. “Está muy poblado y hacen falta iniciativas”, añade. Sobre la ronda peatonal, Boado también señala que “siempre que se facilita la capacidad de tránsito peatonal se favorece al comercio y hostelería. Hablamos de humanizar las ciudades y esto pasa por tener sitio para caminar y pararse”.
A principios de los 2000 en la Sagrada se podía comprar ropa, zapatos, cortinas, prensa, alimentación e incluso celebrar los cumpleaños a lo grande en Fantasía. En la mente de los residentes del barrio todavía perduran negocios como la librería Fernández –más conocida como Pampín–, librería Queixume, bar El Pino, Eslava o la pollería Raquel, que durante décadas marcaron el día a día entre los vecinos. Otros, después de casi medio siglo abiertos, todavía resisten. El paso de los años, aunque es duro, no ha hecho que tiren la toalla, aunque han visto durante décadas como se sucedían los cierres y las jubilaciones.
La Sagrada es, en la actualidad, el barrio coruñés con más bajos comerciales vacíos. La zona, según los datos del último informe de la Federación de Comercio de A Coruña, de principios de 2024, dispone de 226 bajos comerciales, de los cuales 105 no tienen actividad; es decir, el 46,4%. De los 226 locales, los que tienen actividad son 41 establecimientos comerciales, 17 hosteleros y 63 de otros servicios.