Como cada año tras el San Juan, los arenales coruñeses volvieron a quedar llenos de basura: restos de hoguera, de botellas, vasos y bolsas sobre las que las gaviotas se lanzaban en busca de algo comestible. El dato provisional es de 57 toneladas de basura, exactamente la misma cantidad que el año pasado. Pero no hay que olvidar que la cifra final puede ser más alta.
Las tareas de limpieza comenzaron con cierto retraso sobre el horario previsto. La marea alta estaba prevista para las 06.39 horas y se suponía que las playas tenían que estar desalojadas a las seis, pero no fue hasta las siete que se marcharon los últimos juerguistas, azuzados por la Policía Local y el servicio privado de seguridad.
La primera playa en ser limpiada fue Riazor: los operarios apagaron con mangueras las hogueras que aún ardían y comenzaron a retirar las brasas con palas mientras las máquinas peinaban la arena. Todo se desarrolló con normalidad, lo que es de destacar teniendo en cuenta que el comité de empresa de la concesionaria, la UTE A Coruña Limpieza, había convocado una huelga indefinida que se anuló horas antes de la noche de San Juan.
Al respecto, el sindicato mayoritario en la plantilla, STL, emitió un comunicado en el que afirmaban que la mayor parte de las reivindicaciones habian sido aceptadas por la empresa destacando como las más importantes la readmisión de los tres despedidos y retirada de sanciones, "por tanto, expresamos nuestra satisfacción por el acuerdo alcanzado". Mientras tanto, la huelga de recogida de basura continúa, así que nadie va a recoger la basura acumulada este San Juan. Por lo menos, hasta el miércoles.