El sistema IntelliSpace Cuidados Críticos y Anestesia (ICCA) que Philips tiene instalado en el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña, que proporciona un software avanzado de apoyo a decisiones clínicas y herramientas de documentación y análisis para la atención de pacientes en UCI, cumple 30 años de servicio.
La Unidad de Cuidados Intensivos del hospital coruñés fue pionero en España en la adopción de esta tecnología para la gestión de información de pacientes en cuidados críticos. Estos sistemas de información permiten centralizar y organizar todo tipo de datos (informes de admisión, constantes vitales, resultados de laboratorio o informes de interconsulta) y, gracias a algoritmos de ayuda, transforma esos datos en información relevante a la hora de tomar decisiones y mejorar la calidad de la atención.
"La utilización de herramientas y sistemas de información para la gestión de pacientes críticos transforma por completo su manejo. Esto se debe a que sustituye los registros manuales de parámetros por herramientas avanzadas que nos asisten de manera efectiva en la toma de decisiones clínicas", explica la doctora Mónica Mourelo Fariña, jefa de Servicio UCI del Complejo Hospitalario Universitario A Coruña.
En el entorno de los cuidados críticos se genera una gran cantidad de datos valiosos, y estos sistemas permiten sacarles provecho porque transforman los datos clínicos de forma automática en información procesable, proporciona documentación clínica estandarizada y se integra en otros sistemas de documentación hospitalaria.
El uso de estas herramientas ha supuesto una auténtica revolución en la atención de pacientes en UCI y ha situado al CHUAC como líder en integración y digitalización de los registros médicos. "Una de las mejoras más importantes fue que nos permitió organizar los datos del paciente en una única herramienta de trabajo y así, administrar atención sanitaria de calidad con una herramienta visual", ha explicado Esther Gago García, supervisora del Servicio UCI del CHUAC.
El proceso de integración de ICCA en el CHUAC comenzó en 1994 con la implantación de la plataforma Carevue para la digitalización de las unidades de UCI y UCI pediátrica. Cuatro años más tarde se produjo la integración con el laboratorio de analítica y, a lo largo de estos años, las consiguientes actualizaciones del sistema han permitido al CHUAC mantenerse a la vanguardia de la atención a pacientes en cuidados intensivos.
Según ha explicado la jefa del servicio de Equipamiento del área sanitaria, Cristina Enjamio, "de esta forma se facilita una intervención temprana y de más calidad". Además, supone "un acceso rápido, fiable y en tiempo real de toda la información de los dispositivos conectados al paciente crítico", ha añadido.
Además, la integración de la información permite crear sistemas de alerta y ayuda, facilita la identificación de eventos adversos y minimiza los riesgos derivados del uso de nuevos aparatos. En este contexto, sería posible desarrollar el concepto de la llamada 'UCI líquida' mediante sistemas monitorización coordinados con todas las unidades de críticos del hospital, lo que facilitaría una evaluación precoz a los pacientes en riesgo y permitiría una detección temprana y establecer sistemas escalables frente situaciones adversas.
En este sentido, la doctora Mourelo Fariña ha subrayado la importancia del "viaje del paciente", un recorrido que empieza con la integración de los sistemas de cuidados domiciliarios en las alertas clínicas y su manejo por las unidades de cuidados intensivos. "Esto permitiría una continuidad en la atención socio-sanitaria y se abriría la posibilidad de que la ciudadanía llegue a gestionar su información clínica, con impacto positivo tanto en su salud como en su calidad de vida", ha apostillado.
Finalmente, otra de las ventajas de estos sistemas es su contribución a la sostenibilidad porque asisten en la optimización de los procedimientos de trabajo y contribuyen a reducir ineficiencias y aprovechar los recursos.
Cristina Enjamio ha incidido en que el Sergas tiene la responsabilidad de cuidar de la salud "sin dañar el planeta" y por ello debe reducir el impacto de su actividad. En ese sentido, lleva dos décadas de transformación "hacia un sistema más sostenible y resiliente", comprometido con la 'carrera hacia el cero' de la ONU y con el objetivo de reducir un 60 % sus emisiones para 2030.