La reciente visita de Inés Rey a la plaza de Santa Catalina, donde anunció comprobó el avance de las obras de sustitución del firme de madera por otro de piedra, ha indignado a los vecinos del Orzán. La asociación de residentes, cuya jurisdicción finaliza precisamente frente a la plaza, tildan de “provocadora” y “ vergonzosa” la presencia de la regidora. “Si cruzara San Andrés se daría cuenta de que hay dos plazas, la de José Sellier y la de la Cormelana, que están igual o peor”, dicen.
No se trata solamente del mantenimiento o la conservación, sino también de lo que consideran mobiliario perdido o desaparecido. “Nos faltan papeleras, nos han robado bancos y las tarimas presentan un aspecto indecente”, denuncian los residentes, que apuntan a que algunos establecimientos de hostelería mueven ese mobiliario para poder dotar de más mesas a sus terrazas. “Llevamos pidiendo una solución desde antes de la pandemia y el único espacio sobre el que se ha actuado es la plaza de José Sellier. En ocasiones la calle parece un almacén con el único objetivo de ganar espacio para las terrazas.”, dicen fuentes de la asociación vecinal.
Por otra parte, la agrupación, con una actividad cada vez más intensa a través de las redes sociales y en el Ayuntamiento, lamenta el hecho de no poder expresar su parecer en una reunión cara a cara con la alcaldesa, que otra parte es también concejala de Barrios. “Ni nos contesta ni nos hace caso”, denuncian. “Sentimos que es una cuestión personal con nosotros, porque recientemente ha visitado varios barrios”, prosiguen. Por otra parte, respecto al ocio nocturno, los vecinos cuestiones la versión policial y municipal de mayor presencia y menos contratiempos. Y es que, a pesar de que el número de denuncias e incumplimientos ha decrecido notablemente, una gran minoría, casos prácticamente anecdóticos, sigue utilizando la calle como urinario.