El año pasado se registraron cerca de ochocientos accidentes de tráfico: atropellos, colisiones, alcances.... Todos los incidentes que salpican a diario las vías de la ciudad y que son contabilizados por la Policía Local. La gran mayoría no son denunciados, puesto que se saldan con un parte amistoso o, en ocasiones, con unos cuantos gritos no tan cordiales. Pero los más graves si quedan reflejados por la Unidad de Tráfico de la Policía Local, y rondan los 800, una cifra comparativamente baja con años anteriores. Uno de los factores que podrían explicar este descenso es el establecimiento de la Zona 30.
Si se observan las estadísticas facilitadas por la Policía Local, se concluye que 2023 es el tercer año en el que las estadísticas se estacan en torno a la cifra de 800: en 2021 fueron 819 los accidentes registrados, en 2022, 795 y en 2023, de nuevo, cerca de 800. Antes de la pandemia, la barrera a mantener eran los 900 siniestros, como ocurrió en 2019 (947), 2018 (990), 2017 (860), 2016 (905) o 2015 (909).
La Zona 30 (la normativa que limita la velocidad a 30 kilómetros por hora en vías urbanas de un solo sentido) se implantó en A Coruña antes incluso de que fuera obligatorio. Fue a principios de 2020 cuando la Mesa de Movilidad municipal adoptó esta medida. Ya entonces se alegaba que, además de reducir la contaminación frenaría la siniestralidad, reduciendo incluso su gravedad. En mayo de 2021, entró en vigor la normativa de la DGT para toda España.
Lo que no se ha conseguido (ya sea con la Zona 30 o con otros medios) es reducir los siniestros mortales, de los que el año pasado se registraron tres: el último, el de un hombre de 49 años atropellado a las nueve y cuarto de la noche del jueves 27 de julio en Alfonso Molina.
Había tratado de cruzar la avenida a la altura de la estación de autobús, y tras llegar a la mediana, fue alcanzado por un turismo cuando se disponía a cruzar el sentido entrada. Ingresó en el hospital y falleció horas después. El primer accidente del año había tenido lugar el 4 de mayo, en el Paseo Marítimo a la altura del Millennium una leve colisión seguida de una caída causó la muerte 20 días después a un empresario de 48 años. El otro motorista chocó frontalmente con un coche en la carretera de Bens, el 21 de junio, al invadir el carril contrario. Tenía 47 años. Falleció instantáneamente.
En realidad, la Zona 30 no parece haber conseguido reducir los accidentes graves en un grado significativo. Todavía quedan meses para que estén disponibles los datos completos de la memoria oficial pero, a juzgar por la trayectoria de años anteriores, se puede decir que los que más se han reducido son los siniestros leves. Estos pasaron de 403 contabilizados en 2019 a 358 en 2022. Casi un 25%. Por el contrario, los graves se han incrementado en este mismo período de tiempo y se mantienen al mismo nivel que antes de la Zona 30 o de la pandemia.
En el lado positivo, la cifra de atropellos no se ha incrementado y el accidente más habitual es el choque contra un obstáculo fijo, seguida de la colisión lateral. Naturalmente, las vías donde más de estos hechos se registran son las principales arterias de la ciudad, donde el tráfico es más intenso, como la ronda de Outeiro, que siempre encabeza la lista, seguida de la avenida de Arteixo.
Por otro lado, tras la implantación de la Zona 30 no se dispararon las multas por exceso de velocidad, lo que prueba que la mayor parte de los coruñeses respetan el nuevo límite. La alcaldesa lo reconoció, pero advirtió la semana pasada de que piensa adoptar más medidas para sancionar a los conductores que excedan el límite.
El año pasado se instalaron varios radares por el centro de la ciudad solo para recabar datos. El resultado es que cuatro de cada diez vehículos detectados superan el límite de velocidad. En realidad, en los radares situados en el centro, solo el 5% supera el límite, aunque en el de Alfonso Molina la cifra llega al 25%. En pro de la seguridad vial, el Ayuntamiento piensa activar radares sancionadores si no bajan las cifras.