La saturación obligó a los responsables del Consorcio As Mariñas a abandonar las instalaciones que la empresa Servigal posee en la parroquia abegondesa de Limiñón y sustituirlas por las que desde la semana pasada ocupa el Centro de Protección Animal en el núcleo de Abelendro, en Montouto. Ese al menos es el motivo que alegó el presidente de la entidad y alcalde del municipio, José Antonio Santiso, para explicar porqué Servigal se trasladaba del lugar en el que realizó su labor durante décadas.
La reubicación, según el regidor, además del espacio, también soluciona los problemas que generaban los ruidos de decenas de animales, principalmente perros. “Aquí non hai ningunha casa en centos de metros á redonda e cando estaban en Limiñón era raro que non se queixasen os veciños. Agora penso que se rematou con iso e ademais as instalacións contan con todos os permisos e son moito mellores”, indicaba el regidor durante una visita que realizó al recinto.
El recién inaugurado Centro de Protección Animal de Abelendro, nombre oficial de la instalación, se ubica en una parcela de más de 15.000 metros cuadrados de superficie en el que se podrá dar cabida a casi 300 animales. Entre los servicios con los que cuenta hay un quirófano, una clínica veterinaria, una sala de rayos X y una peluquería. Para el esparcimiento se han dispuesto tres parques de recreo de unos 2.000 metros cuadrados.
“El centro es una instalación muy grande ubicada en plena naturaleza. Un espacio diferente a otros que gestionamos por la amplitud, la comodidad y el entorno en el que nos encontramos”, apuntaba la gerente de Servigal, Rosa Guerra, al tiempo que ponía en valor que el recinto disponga de ecógrafo o espacios para toma de muestras.
Santiso aprovechó su estancia en Montouto para ofrecer su visión sobre la tasa de abandono de animales existente en el Estado español.
“Según los datos del Ministerio de Agricultura, el 26% de los hogares tienen una mascota, pero cada cinco minutos tres son abandonadas, haciendo de España el país con mayor índice de abandono de mascotas de toda Europa. Creo que delante de datos como este vemos la magnitud del problema al que nos enfrentamos y de la tarea que debemos afrontar tanto en la formación como en la información”, apostilló el regidor, que considera que recintos como el de Montouto palían en parte los efectos de las conductas incívicas.