Hay edificios que simbolizan el bien. Es el caso del que se levanta en el barrio de Labañou en 1971 y en el que operó el albergue de Padre Rubinos hasta su traslado frente a las cocheras de Tranvías. El Ayuntamiento lo ha convertido (715.000 euros mediante) en un centro de atención continuada a gente en situación de exclusión social, con capacidad, por ahora, para 40 personas.