A estas horas cada año llega la noticia del lugar en el que cayó el Globo de San Roque de Betanzos. Pero este año no.
Tras elevarse por primera vez en 1814, el icono betanceiro tendrá que esperar a 2024 para surcar el cielo.
O no. Porque fueron los vecinos, llenos de esperanza, y dándole la espalda a la polémica, los que en el paso del día de San Roque a este 17 de agosto decidieron llevar al cielo un globo simbólico, en un acto de esperanza y unión vecinal que trascendió a los problemas que este año llevaron a que no se realizase el tradicional lanzamiento.
"O irmán pequeno", como rezaba el dibujo estampado en el globo, fue el encargado de mantener en marcha el festejo betanceiro por antonomasia. Un pequeño aerostato que, sin embargo, llenó el corazón de Betanzos desde una plaza de Santa María llena a rebosar.