Tras una investigación de cuarenta años, la filóloga Adelina Batlles Garrido pudo cumplir ayer un sueño, el de presentar en el pazo de Meirás su libro sobre las cartas entre Emilia Pardo Bazán y Benito Pérez Galdós: “No me lo creo, casi me tengo que pellizcar”, alegaba visiblemente emocionada ante las torres del histórico edificio sadense, donde estuvo acompañada por la periodista Marta González Novo, el delegado del Gobierno, Pedro Blanco; y el presidente de la Diputación, Valentín González.
El volumen ‘Benito Pérez Galdós. Cartas inéditas sobre el teatro, junto con otras de Emilia Pardo Bazán’ profundiza en la estrecha relación entre ambos autores, que se profesaban una profunda admiración el uno al otro y que incluso realizaron un crucero juntos por Europa, según demuestran las misivas. Son pruebas fehacientes también de que, al contrario de lo que se dijo en su momento, las cartas no fueron quemadas.
“En este sitio mágico se instruyó Emilia Pardo Bazán para labrarse un futuro y con 13 años constató que la mujer era capaz de comprender la realidad y criticarla”, dijo Batlles, agradecida a su tío, el librero almeriense Antonio Moreno, quien le entregó las primeras cartas inéditas y con las que demostró que Galdós fue el “gran aliado” de doña Emilia, “su amigo y su confidente”.
Las misivas dejan ver la influencia que causó la artífice de ‘Los pazos de Ulloa’ en el escritor. “Ella es quien lo embarca en el mundo del teatro”, afirmó González Novo, quien calificó como histórico el día de ayer, rindiendo homenaje a Pardo Bazán bajo la balconada en la que escribió muchos de sus textos.
Por su parte, Pedro Blanco destacó la importancia de la recuperación de Meirás, hasta hace poco en manos de la familia Franco, porque “forma parte de la cultura y de la identidad del país”, y González Formoso ironizó con qué pensaría el dictador si viese desde su despacho que el pazo acoge actos culturales y democráticos.