La neuróloga del Hospital San Rafael de A Coruña, Cristina Sueiro Padín, cree que es necesario alertar a la población de la importancia de elaborar una buena higiene de sueño. Evitar comidas copiosas, grandes ingestas de azúcar o hacer ejercicio en las dos horas antes de ir a la cama son algunas de las claves para mejorar la calidad de vida. La doctora explica que dormir bien mejora no solo la salud a nivel anímico sino también cognitivo y que ayuda, incluso, a reducir la tensión arterial y controlar la frecuencia cardíaca.
- ¿Cuales son los trastornos más habituales relacionados con el déficit de sueño?
- El trastorno más habitual en el adulto es sin duda el insomnio, que consiste en la dificultad para iniciar o para mantener el sueño, presentando menos horas de sueño profundo y un sueño no sólo de menor cantidad, sino también de menor calidad. En niños son más frecuentes las pesadillas o los terrores nocturnos.
- ¿Cómo mejora el bienestar una buena higiene de sueño?
- Una buena higiene de sueño es fundamental para la salud, mejorando tanto a nivel cognitivo (a nivel de atención, memoria, fluencia del lenguaje), anímico e incluso en la salud cardiovascular, ayudando a disminuir la tensión arterial y controlar la frecuencia cardíaca.
- ¿Cuales son las patologías más habituales asociadas al trastorno de sueño?
- Hay diversas patologías de distintos aparatos vinculadas a una mala calidad del sueño: las que afectan a la esfera psicológica (depresión, ansiedad, trastornos psicóticos o maníacos), o a nivel neurológico: cefaleas, demencias o trastornos del movimiento, así como el síndrome de piernas inquietas. También están vinculadas otras patologías como problemas urinarios, enfermedades pulmonares, el síndrome de apnea del sueño, la obesidad o pacientes que sufren dolor crónico.
- ¿Qué consejos podría dar para abordar esta problemática?
- Es fundamental mantener hábitos dietéticos saludables, evitando comidas copiosas, estimulantes o ricas en azúcares antes de dormir. Dormir en un ambiente confortable, ventilado, silencioso y oscuro. Hacer ejercicio físico a diario, pero no en las 2 horas previas a dormir. Evitar el alcohol y consumo de otros tóxicos. Controlar los factores de riesgo cardiovascular. Y sobre todo consultar con el especialista correspondiente ante la aparición de síntomas que interrumpan el sueño de forma regular.