Luis Durán es especialista en el deporte aplicado a la salud. Desde su empresa, Entrenamiento y Salud Coruña, ayuda a muchas personas que buscan en el ejercicio físico poder cumplir sus metas: entre las que se encuentran enfrentarse a determinadas patologías, lograr perder de peso, el acondicionamiento físico o el envejecimiento activo. Ahora que la salud mental ha vuelto a la esfera pública, el entrenamiento es el aliado para muchas de las personas que deciden acudir a un profesional para integrar el ejercicio físico en su día a día.

-Hablemos de ejercicio físico y salud mental, ¿qué relación guardan y qué beneficios aporta uno al otro?

-Cada vez es más evidente la necesidad de incorporar la práctica de actividad física en nuestro día a día. Además de lo que nos aporta a nivel físico, se están evidenciando los beneficios que la actividad física aporta para mantener equilibrado el aspecto mental, ya que realizar ejercicio trae aparejado que nuestro organismo reaccione liberando neurotransmisores que nos hacen sentir bien, como por ejemplo, las endorfinas. 

-¿Existe algún truco infalible para implementar rutinas más sanas en el día a día?

-Es tan sencillo como empezar realizar pequeños cambios diarios como substituir el ascensor por las escaleras cuando salimos a la calle, realizar trayectos cortos caminando o en bici en lugar de en coche o en transporte público, levantarse 15 minutos antes y realizar una rutina de movilidad antes de desayunar... No tenemos que intentar poner todo lo anterior en práctica al mismo tiempo sino que debemos incorporarlo poco a poco para dejar que esas nuevas actividades se conviertan en rutina casi sin darnos cuenta.

-¿Cómo cambia la vida a una persona que pasa de una vida sedentaria a practicar deporte?
-Depende de cada persona y de su situación particular, pero el denominador común es el cambio de actitud (nos encontramos más positivos, dormimos mejor, estamos más activos...).
 

-¿Qué consejos ofrece para conseguir dormir mejor?
-Es muy importante establecer una rutina de sueño. Esto consiste en: evitar cenas muy copiosas, fijar una hora a la que acostarse y mantenerla aunque no tengamos sueño, eliminar luz azul, por lo tanto no utilizaremos dispositivos electrónicos al menos 30 minutos antes de irnos a dormir, también es recomendable leer o escribir para relajar la mente.

-¿Qué no debe faltar en un entrenamiento?

Un buen entrenamiento debe estar planificado, ser realista y adaptado a las necesidades y situaciones de cada persona. 

-¿Es más “fácil” entrenar con entrenador?, ¿cómo se educa la voluntad?
-No sé si fácil es la forma adecuada de describirlo, pero en cualquier caso, siempre que tenemos un profesional a nuestro lado que nos guía, nos motiva y nos acompaña en el proceso, eso despeja el camino. La voluntad se educa con repetición, insistiendo hasta que se convierta en hábito, pero sobre todo sin forzarlo. Habrá días que te apetezca entrenar, otros te apetecerá poco y otros nada en absoluto. Es en esos días difíciles en los que hay que insistir. Si no tienes ganas de entrenar, entrena sin ganas. Si en lugar de tener 1 hora sólo tienes 30 minutos, entrena 30 minutos, y si sólo tienes 15 entrena 15 minutos, pero entrena, muévete.

-¿Es posible combatir la ansiedad desde el plano del ejercicio físico?

Es posible y es necesario incorporar la práctica de actividad física como recurso frente a la ansiedad, depresión, estrés y otras muchas patologías. Hay muchas situaciones en los que sería más oportuno que los médicos recetasen actividad física antes que volvernos dependientes de químicos (¡ojo!, hay muchos casos en los que los químicos son inevitables) y por eso desde nuestro sector llevamos años insistiendo en la receta deportiva que ahorraría (según estudios) el 0’7% del presupuesto total destinado a sanidad, además de descongestionar los hospitales y centros médicos. La pandemia más peligrosa de nuestro siglo es la del sedentarismo ya que nos convierte en una población enferma. 

-Para motivar… ¿es fácil cambiar el “no puedo” por el “soy capaz”?

Con paciencia, con constancia y con perspectiva. El objetivo no es llegar a realizar X, el objetivo es valorar en quién te has convertido para llegar a realizar ese X.