Según explican desde la propia empresa, desde el confinamiento detectaron en sus consultas diarias un incremento de la miopía en niños, al reducir las horas al aire libre y aumentar el tiempo que pasaron en interior. Ese aumento de la incidencia se corroboró a través de diferentes estudios a nivel nacional e internacional. Así que en la óptica decidieron apostar por el control de miopía en niños de forma eficaz.

Y lo hicieron apostando por una técnica pionera, teniendo en cuenta no sólo la graduación sino también el crecimiento del ojo, que está directamente relacionado con una progresión de la miopía. Gracias a la incorporación de biómetros ópticos Lenstar 900 de la empresa suiza Haag-Streit, que permiten medir el crecimiento del ojo y ofrecer la mejor alternativa para la ralentización de la progresión de la miopía en niños, están logrando ese propósito. Y complementan esta técnica con el uso de la ortoqueratología –lentes de contacto especiales para reformar temporalmente la córnea–,y las lentillas y cristales de desenfoque periférico.

El tratamiento se aborda desde un enfoque preventivo, ya que la prevención en niños es clave, al poder aplicar soluciones en edades tempranas. Con una detección precoz de un posible aumento de la miopía, se puede empezar a poner freno a ese crecimiento, teniendo en cuenta además que la miopía alta es una de las principales causas de enfermedades graves en el ojo en la edad adulta.