Llega la Semana Santa y no hay mejor excusa para deleitar el paladar que hacerlo con una buena torrija, un dulce de tradición que se reinventa continuamente y que ya no solo se sirve en esta época del año. Las torrijas han conseguido colarse en las cartas de forma indefinida porque, según los chefs, las buenas lo tienen todo para convertirse en el bocado favorito: dulzor, textura y explosión de sabores. Los fans de este postre podrán disfrutar estos días de las propuestas más elaboradas de los restaurantes de A Coruña. GASTROIDEAL repasa con algunos de ellos las torrijas más suculentas.

A MUNDIÑA

El postre estrella de A Mundiña es la torrija que se mantiene en carta durante todo el año para el deleite de los comensales. En este local de A Coruña apuestan por la receta clásica: la hacen con barra de pan tradicional infusionada en leche, cítricos y canela. La fríen en el momento de servirla.

BIDO

La torrija del chef Xoán Crujeiras se hace con pan brioche que hacen en el propio restaurante, después, se baña con una mezcla de leche, nata, yemas de huevo, miel y haba tonka. Al momento de servir, la meten al horno con azúcar moreno unos 7 min. Posteriormente caramelizan ese azúcar y la acompañan de compota de fresas, helado de tiramisú y galleta de chocolate y café.

CULUCA

En el Culuca tienen una premisa: “la torrija cuanto más fea y deforme, más rica”. Las que preparan en este local son de pan brioche. Para ello, infusionan leche en canela, vainilla y piel de cítricos y fríen en mantequilla rebozándola con azúcar. Para el broche final, elaboran una crema de haba tonka, que es muy aromática con cierto parecido a la vainilla, y se la ponen por encima.

EL DE ALBERTO

La de Alberto es una torrija hecha de pan brioche que se hace con mantequilla de alta calidad. Se trata de una torrija de inspiración thai que se hace en un baño de leche de coco y se acompaña de una sopa thai aromática que lleva lemon Grass, hojas de lima kaffir y galanga . Se acompaña con un helado de cítricos.

 JALEO

La torrija de Jaleo se elabora partiendo de un pan de leche que prepara el panadero de confianza de esta vinoteca coruñesa. Después, el pan pasa 24 horas sumergido en un marinado de nata, azúcar y vainilla. En el momento de sacar las torrijas las calientan en el horno durante unos segundos y terminan caramelizándolas con azúcar moreno.

LA POSTRERÍA

En la Postrería mezclan el pan con dátiles, avellanas, yema de huevo, azúcar de coco y especias al gusto como canela, cardamomo, pimienta o nuez moscada. Posteriormente añaden leche infusionada con te, haba tonka y cítricos. Se tritura todo y la masa se hornea. Se sirve con un praliné de pistacho verde por debajo y dependiendo de los aromáticos que lleve se acompaña de un helado que maride o todo lo contrario, que contraste los sabores para ayudar a refrescar la boca mientras se degusta.