La macroeconomía tiene padres gallegos. Ni Adam Smith, ni Keynes ni Fridman. Definitivamente, el padre del análisis es algún gallego que dejó impronta en su forma de interpretar el mundo. Solamente así se entiende el hecho de que algo tan objetivo como un número tenga lecturas tan diversas, y ni siquiera seamos capaces de ponernos de acuerdo en si el precio de las cosas sube o baja. Se ha vuelto a poner de manifiesto con el fin de las medidas del Gobierno para paliar los efectos de la guerra de Ucrania y en Oriente Medio o, lo que es lo mismo, la inflación.
Desde el 1 de octubre el IVA de muchos alimentos básicos ha pasado del 0 al 2 por ciento, mientras que otros suben del 5 al 7,5 por ciento. Para los hosteleros se trata de una piedra más en el camino que, en esta ocasión, buscarán sortear sin cargo a sus clientes.
Y es que el sector ha aprendido una máxima: dentro de las fluctuaciones del mercado la mejor posición es la estabilidad. Ni subir cuando vienen mal dadas ni fiarse de las bajadas puntuales para regresar a los márgenes de antaño. Según Héctor Cañete, presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de A Coruña, la ya conocida cuesta de octubre será lo suficientemente dura como para gravar aún más a los clientes. “No se pueden subir los precios”, advierte. “Hay que intentar mantenerlos o contenerlos a toda costa, ya que el nivel adquisitivo no es alto y donde primero recorta la gente es en el ocio”, añade Cañete.
Según el máximo responsable del sector, las medidas del Gobierno han sido infructuosas y la sensación sigue siendo de encarecimiento constante de los costes. Se trata de la dualidad de análisis y eufemismos, que el propio Cañete resume así: “Todo el mundo es plenamente consciente del elevadísimo precio de la cesta de la compra. Yo no veo dónde está la rebaja de la inflación, ya que simplemente ha parado de subir respecto al mismo mes del año pasado”.
Los hosteleros opinan que hacer comparaciones cortoplacistas es un error y que a la hora de hablar de números debe ponerse el foco con una cierta distancia temporal. “El litro de aceite de oliva sigue costándonos ocho euros y ha subido un 200 por ciento respecto a ciertos momentos. La cesta de la compra se mantiene a un nivel altísimo. En definitiva, ese dos por ciento ni va a ser un problema ni en su día resultó una solución”, lamenta.
El pasado mes de junio el Gobierno anunció la prórroga del IVA reducido para los alimentos y dos meses más tarde algunos indicadores hablaban de una rebaja del 24 por ciento en el precio del aceite de oliva, así como del 20 en el combustible durante 2024.
Sin embargo, igual que en la antesala de una nueva subida la postura de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería es la estabilidad, también cuando venían mejor dadas existía recelo sobre una vuelta a los precios anteriores a la inflación descontrolada. “Lo que hemos hecho en muchos casos es recortar los márgenes de beneficio, porque las bebidas alcohólicas y azucaradas no paran de subir. No se ha dado una subida acorde con el precio de la vida”, comentaba Cañete el pasado mes de agosto en El Ideal Gallego acerca de un reajuste.
La relación entre las llamadas medidas sociales del Gobierno y la acogida por parte de los hosteleros ha sido motivo de más de una crítica por parte del presidente de los hosteleros coruñeses. Cuando Héctor Cañete apuntaba también en agosto a “alguna iluminada en una oficina” no es difícil traducir su dardo como un mensaje a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. “Estamos con un margen mínimo de ganancias y ahora aún lo tendremos que ajustar más. Es algo que lleva sucediendo tiempo y por eso estamos tan preocupados con la reforma laboral o la reducción de costes. Al final, si también reducen las horas de trabajo sería un cinco por ciento más de costes y vendría a suponer la puntilla para el sector”, advierte.
Respecto a la teoría de que la tendencia en los precios es a la baja, los hosteleros dicen: “Tenemos una tasa impositiva elevadísima y los empresarios no están ganando dinero, pero no podemos repercutir todo al cliente”.