Por si eran pocos los cabreos de los hosteleros con los dictámenes y las leyes del Gobierno central, las quejas se elevan ahora hasta Bruselas. Y es que la última recomendación de la Comisión Europea acerca de los espacios sin humo ha provocado una nueva ola de indignación y pesimismo, pues la simple idea de sacar el tabaco y los vapeadores de las terrazas es, según los empresarios, una forma de reducir la capacidad de facturación.
Se trata exactamente de la misma reflexión y argumentos que esgrimieron cuando la ministra de Sanidad, Mónica García, anunció su intención de llevar a cabo una medida en esa dirección. Para el presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería de A Coruña, Héctor Cañete, alrededor del tabaco hay una especie de juego, un ‘sí, pero no’, que trae de cabeza a quienes desean acondicionar sus establecimientos acorde a la legislación vigente. “Nuestra impresión sigue siendo que prohíben por prohibir, porque al final en las terrazas no existen fumadores pasivos”, explica. “No se sostiene y, si realmente piensan así, lo que deberían hacer es directamente prohibir el tabaco. Que lo hagan ya”, añade.
Según Cañete, se trata nuevamente de una intromisión en la libertad de los hosteleros. “No hace mucho que pasamos por varias leyes que nos obligaron a hacer reformas y ahora vuelven con otra cosa más. Se están cortando libertades”, lamenta.
Alberto Boquete, presidente de los hosteleros de La Marina, vive en buena medida de las terrazas y de la sed de aire libre de los cruceristas. Sin embargo, lo que más le preocupa es, de alguna forma, la improvisación. “Cada día me hablan de una nueva normativa y creo que deberíamos ser los locales los que eligiésemos y que avisemos al cliente en uno u otro sentido, por si prefieren ir a locales de fumadores o de no fumadores”, subraya. “Como en todo, creo que la gente se acostumbrará y se adaptará, aunque si se limita será complicado trabajar en nuestro caso”, pronostica.
En la misma línea se manifiesta Álvaro Victoriano, presidente de Coruña Cocina y responsable del grupo Peculiar. “Puede que a la hora de facturar se note”, advierte el chef.
Dicen algunos fumadores que la copa y la cerveza tiran del tabaco y que es en la noche donde más intensidad de vapeado y calada hay. Por lo tanto, para el gerente del Cine París, Emilio Ron, puede ser el primer aleteo de un efecto mariposa fatal. “Era previsible y va a afectar mucho. Somos el último reducto fumador. Nos viene un cúmulo de circunstancias como la falta de personal o la presión fiscal. Seguramente vaya a redundar en cierres anticipados y jubilaciones”, pronostica.
Finalmente, Antonio Ruiz, propietario de Piccadilly, Quai, La Calle y Queen, afirma que la pandemia ya obligó a situaciones semejantes: “Simplemente, lo que harán los fumadores será moverse un poco a un lado”.