Todos los acusados por el crimen de Samuel Luiz fueron detrás de la víctima en el Paseo Marítimo. Así lo concluyó este jueves un agente de Policía Nacional en la que fue la sesión más larga de lo que va de juicio por este caso. El Tribunal del Jurado y las partes tuvieron que hacer frente a más de cinco horas de testimonios. Solo declararon dos personas, pero su papel fue esencial: ambos participaron en la investigación.
El primero se ocupó de visionar las cámaras del local en el que los acusados y la víctima estuvieron de fiesta antes de la agresión mortal. También fue el encargado de analizar los datos extraídos del teléfono móvil de Kaio Amaral, que se enfrenta a 27 años de prisión por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, además de robo con violencia del móvil del fallecido. El segundo testigo fue el secretario de diligencias y participó en el visionado de las imágenes de los hechos acontecidos el 3 de julio de 2021.
Este último fue el que se dedicó a repasar durante más de dos horas y media de declaración las imágenes captadas por diferentes cámaras. Incluso se proyectó el vídeo mejorado, que implica a los cinco acusados y desmiente las versiones de algunos de ellos sobre lo sucedido aquella madrugada de hace tres años. Los principales damnificados de este visionado fueron Alejandro Míguez, Kaio Amaral y Katy Silva. Aunque la defensa de Montaña también se vio perjudicada. Hasta ahora solo se habían visto fotogramas de la fatídica madrugada, pero el vídeo proyectado ayer consta de imágenes mejoradas para alcanzar mayor nitidez. El principio de la agresión coincide con todo lo relatado con anterioridad: Samuel y Lina, la amiga que lo acompañaba aquella noche, caminan por el Paseo Marítimo. Diego Montaña y Katy Silva, que se enfrentan a 25 años de prisión por asesinato con alevosía y ensañamiento, además de una agravante de discriminación por condición sexual, se encuentran en la parte baja de la bancada de Riazor.
Pero pocos segundos después se ve cómo Montaña sube rápidamente a encararse con Samuel Luiz. Le sigue Silva y aparece en escena Alejandro Freire, alias Yumba. Entonces se origina el tumulto, en el que los cinco acusados y los dos menores ya condenados están presentes. En cuestión de minutos, Luiz cae desplomado y los hechos tienen un trágico final.
Montaña sube “sin dificultad” las escaleras –su defensa alega consumo de alcohol como motivo de absolución–, se abalanza sobre Samuel y Alejandro Freire es quien lo derriba, utilizando la técnica del mataleón. En este instante es donde se ve otra contradicción: es cierto que Katy Silva trata de frenar a su entonces pareja, Diego Montaña, pero se observa cómo empuja a Lina, la amiga de la víctima, para evitar que pueda auxiliarle. Silva niega que haya hecho esto.
El agente describe también que en las imágenes –grabadas por la cámara de tráfico de la plaza de Portugal– Kaio Amaral llega corriendo, “levanta la pierna, se acomoda y lanza una patada con mucha fuerza”. Su abogado, José Ramón Sierra, defiende desde el primer momento que su cliente nunca impactó a la víctima. Lo cierto es que una farola no permite ver si la patada impacta o no, pero por "lógica", precisó el testigo, apunta a que sí. En lo relativo a Alejandro Míguez, el secretario de diligencias señaló que, tras ir corriendo, “entra en el núcleo de la agresión y sale disparado hacia la izquierda”. Además, cuando se produce el primer ataque a Samuel y aparecen Ibrahima y Magatte en escena tratando de socorrer a la víctima, “es él la persona que empieza la persecución”, a quien siguen Montaña y Yumba, ambos por delante de Kaio. “En ningún momento veo que nadie quiera sacar a nadie de ahí”, detalló el agente, a la vez que dijo que “toda la gente que estaba en el núcleo de la agresión se va hacia la segunda zona”. Míguez, cuando declaró el pasado día 17 de octubre, afirmó que, tras la primera agresión, en la que intenta frenar a Montaña, se desvincula del grupo y emprende “otro camino”. No hay, sin embargo, ningún fotograma en el que se le vea pegar.
Cuando el ataque termina, los acusados son grabados por diferentes cámaras: en Juan Flórez, en la calle Rosalía de Castro, en la plaza de Galicia y en Linares Rivas. “Hay unas consignas para que cada uno vaya por cada una de las calles”, comentó, mientras consideró que “se ve una unidad de acción” tanto en la agresión como horas después, cuando se reúnen en el parque de San Diego –a excepción de Montaña y Silva, que van al parque Europa–.
El primer testigo en prestar declaración, el encargado de visionar las cámaras del local de Riazor al que acudió la pandilla y la víctima, confirmó que, en el interior, y pese a haberse cruzado varias veces, no hubo palabras ni gestos entre los agresores y Samuel. Además, declaró que “no se observa una intoxicación etílica o consumo que pueda hacer que se caigan o tropiecen”. Sin embargo, se percibe cómo Alejandro Freire esconde una botella de alcohol en su chaqueta para sacarla al exterior. Esto cobrará mayor relevancia la semana que viene, ya que podría haber sido utilizada como posible arma y se dará a conocer con el análisis del ADN.
Varios testigos mencionaron la presencia de una botella durante la agresión. Uno, pese a no verla, declaró que escuchó el ruido de “una botella de cristal rompiéndose”. Otra persona, que vio a alguien “elevar una botella y hacer el gesto de pegar”. De confirmarse que se utilizó este elemento para agredir a Samuel, las pruebas determinarían quién lo usó.
Ambos agentes se refirieron a los datos extraídos de los móviles de Kaio Amaral y Katy Silva. En el del primero se encontraron mensajes en los que busca a gente “que lo secundase en la idea de lavar su imagen” porque en redes sociales “lo acusaban de haber participado en la agresión de Samuel”. En una publicación, este llegó a decir que no tenía nada que ver. “Las grabaciones me darán la razón en todo lo que digo. No soy homófobo y mucho menos un asesino”.
También se localiza una conversación con Katy en la que se refiere a ella como “la que empujó a la chavala –Lina–” y le dice que “no tenga tanta boca”. Kaio le habría recomendado a los menores que fuesen a declarar de forma voluntaria porque él ya había ido y no les iba a pasar “nada”: “No voy a decir nada de nadie, que iba borracho y no me acuerdo, que miren las cámaras y ya está”, les comentó.
En cuanto al teléfono de Katy, el segundo agente en prestar declaración manifestó que tenía borrados todos los mensajes de WhatsApp y de Instagram desde junio. Tenía capturas de pantalla, a su vez, de periódicos que informaban de la muerte de Samuel. En el volcado del teléfono de Amaral se encontró un videoclip grabado por algunos de los acusados meses antes de la agresión, concretamente en abril. En él portan armas blancas como un machete, una navaja automática y una navaja de mariposa, además de un bate.
Ataviados con pasamontañas y sentados en un banco, la letra de la canción de trap que cantan es “premonitoria”, tal y como consideró ayer el jefe de la investigación. El estribillo repite en numerosas ocasiones “dando duro”, pero a lo largo de la canción se pueden escuchar frases como “como te pille se te va a acabar la suerte”, “si te cojo te espabilo fijo”, “te vamos a dar fuerte”, “manchados de rojo mis puños y mi cuerpo” o “te pongo lubricante para que mi hermano te reviente”. Además, en la misma se expresan insultos homófobos: “Maricas de mierda, están hablando falso”.