Lo que ocurrió el 3 de julio de 2021 fue una actuación “brutal, inhumana y atroz”. Así lo define el director de la investigación del crimen de Samuel Luiz entre la fecha de su muerte y el 3 de noviembre de ese mismo año. Por aquel entonces era jefe del grupo de investigación de delitos de delincuencia organizada y violenta de la Policía Nacional y este miércoles acudió a la Audiencia Provincial de A Coruña, donde se celebra el juicio por el caso, en calidad de testigo. Su declaración duró casi cuatro horas. Ni la acusación ni las defensas querían dejar pasar la oportunidad de aprovechar su testimonio y su conocimiento sobre el caso para aportar luz y fuerza a sus alegatos.
Recabación de imágenes, testificales, datos extraídos de los teléfonos móviles, antecedentes... el agente no se dejó ni un detalle a la hora de repasar su labor dirigiendo las pesquisas de la investigación. Todo comenzó con 15 declaraciones de testigos entre el sábado –cuando se produjo la brutal paliza mortal– y ese lunes. A lo largo de la semana la cifra subió hasta las 31, y en todo el proceso se llegó a las 54. Una de las personas que acudió a declarar de forma voluntaria, señaló el agente, fue Kaio Amaral, para quien la Fiscalía solicita 27 de años de prisión por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, además de robo con violencia. Fue a prestar declaración con su novia el lunes, dos días después de la agresión. “Quería colaborar en la investigación”, dijo el director de la misma, porque se veían “señalados en las redes sociales”.
Su testimonio fue valioso por la cantidad de detalles aportados “que dan sentido a lo que tenemos”. Sin embargo, a los pocos días pasaría de testigo a detenido. “Él decía que solo había ido a separar. A lo largo de la investigación pudimos concluir que nos mintió, que todo lo que nos contó no era cierto”, apuntó el agente. En concreto, tras comprobar las cámaras que había en la zona, la Policía comprobó que Amaral falseó la vestimenta que llevaba en la madrugada de los hechos para que no pudiesen identificarlo. Las imágenes, sin embargo, lo ubicaron “en el núcleo de la agresión”, donde, dijo, “pega una patada”.
Kaio y su pareja en aquel momento señalaron a Diego Montaña y a su entonces novia Katy Silva, ambos acusados –además del delito de asesinato consta para ellos una agravante de discriminación por orientación sexual, por lo que se les pide 25 años–, además de Alejandro Freire, alias Yumba. No mencionaron a Alejandro Míguez, el último detenido. Al día siguiente, relató el agente, “se presentan en comisaría Alejandro Freire y Óscar, un amigo de ellos. Ya no podíamos tomar una testifical, tuvimos que proceder a su detención y eso precipitó el resto de detenciones”, añadió, si bien una vez detenido, optó por no declarar.
El amigo del grupo que acude a declarar con Yumba es quien aporta un testimonio “muy verosímil”. Además de Ibrahima y Magatte, fue “la única persona que intentó separar en la agresión”. Este, sostuvo el agente, “involucra a Kaio, a quien sitúa dando al menos una patada”, por lo que es detenido días después. “Se ve en las imágenes que carga la pierna y proyecta la patada”.
Sobre el robo del móvil a Samuel, “en la segunda declaración (todavía como testigo), en la que viene con presencia de letrado, refiere que se encuentra por ahí un teléfono, que no sabe de quién es, y se lo lleva”, para posteriormente tirarlo a un contenedor. “Un amigo de su madre dijo posteriormente a la Policía que lo tuvo encima varios días después”, relató el Policía Nacional.
El papel de Katy, quien no podía contener su cara de malestar al ser apuntada por el director de la investigación, volvió a estar ayer en tela de juicio. De acuerdo con los testimonios recabados, el agente afirmó que esta empujó a Lina, la amiga de Samuel, por lo que entiende que impidió su auxilio. Además, las imágenes captadas por las cámaras muestran a Silva “sujetando” las chaquetas de Diego Montaña y Alejandro Freire en el Paseo Marítimo. A preguntas de la defensa, insistió, “para nosotros (los agentes encargados del visionado y él) es ella”.
En lo relativo a Alejandro Míguez, el Policía explicó que este fue citado el 7 de julio para declarar como testigo porque otras personas lo situaron en la zona, pero “también mintió”. “Dice que está sentado allí, que escucha algo y mira, pero no se involucra”, afirmó. Los vídeos, sin embargo, desvelan que este acusado “entra en el núcleo de la agresión, donde sale despedido y se puede acreditar que continúa en el núcleo de la acción” e incluso va al segundo punto “por delante de Yumba persiguiendo” para después “adelantarlo”. Míguez, además, le habría dicho a otro amigo: “No pude hacer nada porque me estaba agarrando un negro”. “Evita que Magatte pueda auxiliar, porque lo tiene que parar a él, pero no puede parar a los demás. Hace una labor de auxilio a sus compañeros”, prosiguió.
Antes de concluir su declaración y preguntas de las defensas, el director de la investigación confesó que no se encuentra ADN en la víctima ni de Kaio, ni de Katy, ni de Alejandro Míguez. El agente confesó que, en sus dieciséis años de profesión, nunca había visto “algo así”: “Hay una superioridad numérica abismal. Son siete contra uno”. Los policías pudieron recrear el recorrido de los acusados gracias a las cámaras de la plaza de Portugal (captó la agresión), un espacio con máquinas de vending delante de donde Samuel se desploma, Juan Flórez y Linares Rivas.
Las primeras imágenes que obtiene la Policía son las de la cámara de tráfico de la plaza de Portugal; sin embargo, estas solo permiten distinguir vestimentas y no caras. Por ello fueron muy importantes las entrevistas con los testigos, ya que las descripciones de las prendas de ropa fueron imprescindibles para situar a las personas en la agresión. El agente apuntó en la sala de la Audiencia, además, que en el móvil de Kaio se encuentra un vídeo en el que la pandilla sale en un parque exhibiendo armas blancas y cantando una canción de trap. La letra del tema, consideró, “me parece una premonición de lo que ocurre luego con Samuel”, provocando indignación entre los abogados defensores.
Este miércoles también declararon una amiga de Katy Silva y los dos primeros agentes que llegaron al Paseo Marítimo cuando Samuel ya se había desplomado. Estos contaron que la amiga del fallecido dijo, desde el principio, que se trataba de un grupo con varios hombres y una chica que “la apartó”. Además, dio datos de la vestimenta de Montaña y Silva.
Adriana, la amiga de Silva que llegó a la sala de la Audiencia Provincial para prestar declaración es una mujer transexual a la que la acusada conoce desde los once años y con la que llegó a compartir piso. Defendió a su amiga, quien, comentó, la había defendido de comentarios homófobos en alguna ocasión. A preguntas de Luciano Prado, la testigo indicó que “a Katy le incomodan los comentarios homófobos” y señaló que en el grupo de amigos de la acusada hay personas “homosexuales, heteros y trans”.