Mañana, viernes, y el domingo 29 (ambos días a las 19.00 horas), el teatro Colón acoge la interpretación de ‘L’elisir d’amore’, en el marco de la Temporada Lírica. En su elenco, debuta en la ciudad el barítono Damián del Castillo, en el papel del sargento Belcore.
Del Castillo destaca de su rol que es “un sargento histriónico, fanfarrón, presumido, prepotente, ridículo también en las formas; si lo extrapolamos al mundo moderno, podríamos decir que es un ‘chulo piscinas’, de pavonearse con las mujeres, pensando que lo puede conseguir todo, resulta muy cómico desde la perspectiva del público”, comenta entre risas.
“El público se va a divertir mucho”, asegura el barítono, que destaca que es una producción “visualmente muy colorida, porque, según me comentó el director de escena, está basada en la obra de Botero”. “También es muy divertida, porque se plantea desde un punto de vista en el que los personajes, escénicamente, nos divertimos”, añade.
A pesar de que en el pasado ya visitó A Coruña por turismo, es su primera vez actuando en la ciudad herculina. “Tenía muchas ganas de venir a la Temporada Lírica, desde hace mucho tiempo”, apunta, mientras añade que “llevo quince años de carrera profesional y se había dado la circunstancia de que se resistía el venir por esta tierra tan bonita”. “De los pocos días que llevo por aquí (lleva desde principios de la semana pasada), estoy paseando y me está encantando todo lo que veo; para mí, el participar en la Temporada Lírica es un sueño cumplido”, apunta del Castillo sobre su visita.
Se da la curiosa casualidad de que el Belcore de ‘L’elisir d’amore’ será el primero de los tres papeles de Donizetti que interpretará consecutivos. “Nunca me había pasado el encadenar tres producciones del mismo autor”, ya que tras este, participará en ‘Don Pasquale’ en Bilbao y en ‘Lucia di Lammermoor’ en Zaragoza.
Retrocediendo en el tiempo, el barítono explica que su primer contacto con la música se dio cuando sus padres lo matricularon, igual que a sus cinco hermanos, en el conservatorio. El vínculo al canto vino después, “cuando tenía 16 años”, cuando en su Úbeda natal decidieron montar una tuna. “El canto se asemeja al estilo del género lírico”, indica, mientras recuerda que después fue profundizando e inició un periplo que comenzó en el Conservatorio de Jaén, siguió en Málaga y culminó en la escuela Reina Sofía de Madrid.
Ya son más de quince años de carrera, tiempo que le ha permitido desarrollar roles que le han llenado, como el de Rigoletto. “Creo que es el rol estrella para todo barítono que se precie”, afirma y detalla que “ese sueño lo pude cumplir en el teatro Campoamor de Oviedo”. Le queda alguno pendiente: “Hay un rol que me encantaría afrontar, el de Don Giovanni, porque es un género en estilo opuesto al verdiano y creo que vocalmente me va bien”.