El barrio de Monte Alto está sufriendo estos días una ola de robos en varios de sus edificios. Los sospechosos se cuelan en el interior de las comunidades y roban en sus garajes y trasteros. Han llegado incluso a robar un coche que se encontraba dentro de un garaje comunitario. Por el momento, la Policía Nacional continúa con sus investigaciones tratando de identificar a los responsables de esta pequeña ola delictiva que comenzó la semana pasada.
Especialmente llamativo es el robo que se cometió en una comunidad de la calle de Javier Fonte, que conecta Orillamar con la academia Pablo Picasso. Los vecinos no saben todavía cómo fue posible, pero alguien entró y forzó nada menos que 17 trasteros, uno detrás de otro. Fuentes policiales matizan que no es posible llamarlo robo, porque no se llevó nada. O, por lo menos, no se denunció ninguna pérdida.
Por otro lado, en un edificio de Faro Finisterre, en el otro extremo del barrio, también se denunció un robo, en este caso de dos vehículos que estaban estacionados en el garaje de una comunidad. Pero quizá el más extraño es el que tuvo lugar en Adelaida Muro, a la altura del número 61, donde habrían robado un vehículo. Eso es más extraño, porque lo habitual en esta clase de delitos es que simplemente rompan una ventanilla y sustraigan cualquier cosa de valor del interior.
Por otro lado, los vecinos denuncian hechos similares en la calle Cantábrico, Vereda del Polvorín y Camariñas. Las fuentes consultadas no desmienten estos hechos. Simplemente señalan que no han sido denunciados todavía y se están centrando en los que han llegado a su conocimiento. La Policía científica buscó huellas en todas las puertas forzadas para tratar de identificar al autor.
En todo caso, las autoridades señalan que esta clase de robos suelen llevarlos a cabo delincuentes habituales, muchos de ellos toxicómanos, que se llevan cualquier objeto, por muy escaso que sea su valor. Sin embargo, todavía no se ha anunciado la recuperación del coche robado, lo que es más infrecuente.