Con nuevo disco bajo el brazo, ‘La canción de nuestra vida’, el cantautor Ismael Serrano regresa el próximo día 2 al teatro Colón (20.30 horas). Vuelve con nuevas canciones a una tierra que “nos trata muy bien” y que “siempre nos recibe con mucha generosidad, desde nuestros primeros trabajos”, apunta el artista madrileño, que recuerda que “el teatro está ya prácticamente lleno”.
‘La canción de nuestra vida’ nace, indica, de “un intento por reconciliarme con el paso del tiempo”. Al pie de los 50, asegura que con el paso del tiempo, “te vas amigando con él”, “tratas de hacerte amigo del paso del tiempo, porque entiendes que no conlleva solo una renuncia, sino que te regala la oportunidad de vivir cosas extraordinarias”. De este modo, el disco al completo “es una canción en permanente construcción y lo que viene a decir es que aún le quedan muchas estrofas por incorporar a la canción de nuestra vida”.
A lo largo del disco, además de cantar a la esperanza y al amor, canta a la necesidad de querernos a nosotros mismos, como es el caso de ‘Me amo’. “Más que nada, es aceptarnos, querernos como somos y, sobre todo, rebelarnos a la tiranía de esos cánones totalmente artificiales que se imponen en torno a los cuerpos, sobre todo en redes sociales”, explica Serrano, que llama a, de algún modo, “rebelarse contra la normatividad, que es excluyente e irreal y que genera muchísimas frustraciones, sobre todo en los más jóvenes”. Empezó siendo una canción que hacía referencia a él mismo y a su edad, pero que acabó apelando también a los jóvenes, “que viven esa tiranía que no nos permite aceptar la realidad de nuestros cuerpos, es una llamada a cuidarse y quererse”.
Pero también hay apelaciones a la esperanza de que esos jóvenes sean los que construyan un mundo mejor. En ‘Pedacito de tierra’ trata de “abrir una ventana a la esperanza”, algo que uno “siempre hace” cuando “le toca retratar una realidad que es hostil y difícil”. “Apelando a eso, sí que creo que nuestro hijos, sobre todo en lo que respecta a la emergencia climática, a la conservación del planeta, sí tienen una sensibilidad mayor que la nuestra, porque son más conscientes de la emergencia del momento”, asegura. “Sí, confío en ellos, quizá más que en nosotros”.
Para este nuevo disco, vuelve a colaborar con la voz de Ede, de quien asegura “da luz a todo lo que canta”, y con la poesía de Nach, que “tiene una sensibilidad poética que muy pocos tienen”.
Además, se ha querido llevar a su terreno las ‘Burbujas de amor’ de Juan Luis Guerra. Explica sobre esta incorporación que alguien le contó que cuando Guerra grababa sus maquetas y las tocaba con la guitarra “lo oías y parecía Silvio Rodríguez, un rollo muy cantautoril”. “La versión original es insuperable”, apunta, pero se la lleva a su territorio, “en el que puedo aportar algo” y sigue funcionando: “lo que demuestra que es una gran canción, porque se sostiene solo con voz y guitarra”.
Para el futuro, además de cruzar el charco con la gira, se plantea muchos proyectos. Apunta ideas como un disco sinfónico o más teatro, “pero seguiré escribiendo canciones”, concluye.