El Entroido se cuela cada con más fuerza entre las celebraciones con más personalidad y poder de convocatoria entre todas las opciones a nivel nacional. Y es que, entre la entronización del dios Momo el pasado viernes y el fin de su legado anoche A Coruña vivió en un estado de fiesta prácticamente permanente. Lo hizo de manera masiva y también modélica, pues no hubo que lamentar un solo incidente en una semana de fiesta y con horario extendido, lo que además descarta la creencia popular que a más fiesta más riesgo de problemas. Según un empresario de la noche, lo sucedido en 2025 debe quedar como modelo para el futuro. “Lo principal es que en ningún sitio de A Coruña hubo incidentes; se dio un respeto a la ciudadanía y tuvimos uno de los carnavales más modélicos de los últimos años”, dice.
La tendencia más o menos reciente de convertir la calle Torreiro y la plaza de José Sellier en el sambódromo herculino dejó imágenes impresionantes. No cabía un alfiler, pero abastecerse de provisiones líquidas y circular entre disfraces de todo tipo fue posible. Otra cosa es pasar por caja. En la vía que une San Andrés con la calle de la Galera varios establecimientos tuvieron problemas para poder operar con su TPV. También los clientes para pagar vía telemática. Todos lo achacaron a problemas en la red debido a la aglomeración de personas. Lo curioso, además, es cómo decenas de miles de personas pasaron por esas dos calles, pero apenas unas pocas llegaron a entrar en los locales, que permanecieron abiertos prácticamente para ofrecer servicio de urgencia. Algunos extendieron la fiesta hasta pasadas las 05.00 horas. Incluso Aitor Neira, propietario de La Intrusa, se quitó el mal sabor de boca de la orden de cierre y pudo colaborar a pie de calle con una barra. “A la gente le gusta nuestra calle, nuestro ambiente y queremos ofrecérselo mucho tiempo”, dice. “Pasaron todas las comparsas y creemos que fue todo muy civilizado. Somos un motor de la ciudad, y siempre sin generar problemas o violencia. Hoy me tocó a mí pagar el pato, pero sé lo que es sentirse acosado a nivel personal”, añade.
Por su parte, Sergio Marentes, relaciones públicas de Aeroclub, indica: “Torreiro es el epicentro de la movida coruñesa y para todos los locales supone unos días que permiten recuperar varias semanas de facturación más pobre, aire para solucionar meses como enero o febrero. Ya no es un tema de facturación, sino algo cultural que convierte esta zona en algo especial”. En una línea muy semejante se manifiesta César Pérez, de La Urbana, todavía en proceso de recuperación. “Estamos agotados y neceistamos descansar”, confiesa.
Que decenas de miles de coruñeses se lo pasaran a lo grande durante varias noches no vació las discotecas, solo retrasó la entrada en las mismas. “El sábado la gente llegó a última hora, pero el jueves y el lunes fueron llenazos casi por anticipado”, recuerda Pedro Paolantonio, relaciones públicas de Peccato Sessions en la zona del puerto.
Finalmente, desde The Clab valoran así el Carnaval: “Le damos un sobresaliente y el sector y los ciudadanos tenemos que estar todos orgullosos”.