Hace tiempo que A Coruña es una ciudad de ‘domingueros’, aunque el concepto ya no tenga los tintes peyorativos hacia quienes gozan de menos destreza al volante. En este caso se ajusta mucho mejor a la definición de ocio de sesión vermú con su correspondiente prórroga. Incluso hacia un liviano ‘tardeo’ y recogimiento prematuro. Por eso, la ingeniería que supone planificar un nuevo establecimiento lleva a iniciativas como El Mercao, el nuevo establecimiento situado en el número 5 de la calle Mercado y que tiene como gran reclamo el sorbo gourmet: el del champán y las ostras, dos productos que quiere alejar de la exclusividad y acercar a la normalidad.
Rubén Vázquez y Fernando Barbeito, socios de El Mercao, llevan desde comienzo de año trabajando en una idea sin par en la oferta de la ciudad. Y es que, para llegar hasta la fusión entre la taberna coruñesa de toda la vida y un menú propio de las calles de París hubo un largo camino por el medio. “El champán con las ostras será nuestra especialidad, pero sobre todo el concepto es que se trata de una taberna y dejar claro que la ostra no es un producto de lujo, sino asequible para todos los públicos e ideal para el aperitivo”, advierte Barbeito. “Los clientes no van a encontrar en ningún otro sitio el precio que van a tener aquí”, añade. Y es que no es lo mismo la compra y preparación que exige un restaurante que la informalidad de una taberna en la que el bivalvo compartirá carta con las minchas o las conservas. “Aquel al que no le gusten las ostras podrá encontrar conservas artesanas y buen embutido”, subraya la gerencia.
Dos de las últimas novedades en la hostelería del entorno, tanto Milata Bonita como la de la calle Mercao, confían buena parte de su suerte a la conserva, un producto a reivindicar y hasta ahora marginado de las cartas.
El Mercao abrirá sus puertas este miércoles, pero la primera experiencia, en clave de ensayo y apertura privada, resultó todo un éxito. Decenas de allegados a la gerencia no solamente pudieron degustar, sino también sorprenderse con algo que dejó una sensación común: es algo diferente y, sobre todo, especial. Algo así como “ostras, Pedrín”.
También demostró su vigencia en los gustos de los coruñeses la mincha, un producto más que común en los bares de toda la vida y que había caído en el olvido en los últimos años. El ‘jugueteo’ con el alfiler, no obstante, es uno de esos pequeños placeres que enganchan sin saber por qué.
El entorno de la calle Mercado, una de las que desemboca en la plaza de España, completa la experiencia con un público, por generación y hábitos, que encaja como ostra en su concha. El horario de apertura será de 12.00 a 16.00 y de 19.00 horas a medianoche, de miércoles a sábado. Los domingos solamente abrirá sus puertas durante el turno matinal.