¿Qué pasará con las terrazas de María Pita en 2025?

Los hosteleros siguen trabajando junto al Ayuntamiento en la opción ideal, pero muchos prefieres quedarse tal y como están
¿Qué pasará con las terrazas de María Pita en 2025?
Las terrazas de María Pita siguendo siendo objeto de debate | Patricia G. Fraga

Algunos de los mejores entrenadores de la historia calificaron el fútbol como "la más importante de las cosas menos importantes". Aunque el origen de la expresión es incierto, desde Pep Guardiola a Arrigo Sacchi o Bill Shankly lo suscribieron de una forma u otra. Algo así podría suceder con la hostelería de A Coruña, al menos desde el punto de vista del cliente. Si nos ponemos al otro lado del negocio, el sector pasa a ser una prioridad, con la justificación del sector turístico de ser elprimer generador de empleo. Quizás por eso, cualquier tipo de debate y ordenanza trasciende los aspectos meramente estéticos o de maquillaje y se vuelve una decisión clave en el motor económico de la ciudad. Puede que ahí radique el hecho de que, ya en 2025, las terrazas de María Pita lleven tres años buscando un nuevo régimen regulador, ya sea en cuestión de ordenanza, de diseño o, simplemente, de directrices hacia cómo deben adaptarse a los nuevos tiempos. 

 

Casi como la Batalla Naval, el encendido navideño o las hogueras de San Juan, año tras año se repite un ceremonial semejante: la oposición pregunta al Gobierno municipal por el futuro de las terrazas de María Pita y la respuesta viene a ser algo así como: "Estamos trabajando en ello". Y no le falta razón. Lo cierto es que hace tiempo que tanto el Ayuntamiento como los hosteleros, tanto a nivel asociativo como individual, intentan dar forma a un acuerdo que dure, como mínimo, otros 20 años. No es sencillo. Y así lo reconoce Héctor Cañete, presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de A Coruña: "Aún estamos viendo qué opciones hay e incluimos en el debate a otras ciudades como Bilbao, San Sebastián o Santander. La realidad es que se está trabajando en ello y preguntando"

 

No obstante, si se echa un vistazo a la cantidad de agentes que deben alcanzar un punto común la cosa se complica: originalmente se concedieron, durante el mandato de Francisco Vázquez en 2002, un total de 13 licencias. Actualmente existen una decena de establecimientos con servicio exterior, y cada uno con un tipo de clientes, de negocio y de prioridades. "El problema es que las terrazas tienen que gustarle a todo el mundo y pagar por ellas. Tenemos que ponernos de acuerdo el Ayuntamiento, los vecinos y los hosteleros, además de alcanzar un consenso respecto a costes", añade Cañete. 

 

Modelo

Las terrazas que comenzaron a instalarse en mayo de 2002 tuvieron un coste aproximado de 20 millones de pesetas. Cada uno lo asumió según la fórmula que consideró oportuna, pero sobre todo generaron un punto tal de debate que cada coruñés pareció tener la respuesta definitiva a la cuadratura del círculo. 

 

Una terraza perfecta, mejor que las 240.000 anteriores: que si no se ven los arcados, que si rompen o favorecen la armonía de tal cosa... en definitiva, y como sucede casi siempre, un encendido debate que se apagó a base de acostumbrarse y asumirlo como de toda la vida. "El modelo de hace 20 años requiere un estudio con mucho cuidado, porque nos hemos estado sentando desde la época de Losada y no nos ponemos de acuerdo", dice el presidente de los hosteleros. 

 

Continuismo

Llegados a este punto, y con la cifra de 120.000 euros aún resonando en sus cabezas desde 2002, algunos de los empresarios más longevos apuestan por enterrar el debate ir dar continuidad al modelo existente. Algo así como el clásico "virgencita, virgencita, que me quede como estoy". Son pocos los que quieren hablar con nombre y apellidos, y los que lo hacen se muestran incluso escépticos. "No son muy bonitas, pero sí bastante funcionales", indica Pablo Breen, de The Breens Tavern. "No queremos que se reative el debate sobre ellas, porque va a ser durísimo para los bares. Lo que se haga que no provoque gastos, se instale en poco tiempo y sea sencillo. Estar sin terraza sería fatal", agrega. 

 

Por su parte, Javier, del famoso Tequeño, desea olvidar la pesadilla que supuso todo el proceso en 2002. "Hay que dejar las cosas tal como están", sentencia. Para aquellos que no puedan asumir la inversión pronostica un futuro letal, y el tiempo sin poder trabajar igualmente duro para el corazón de la ciudad. "Habría que despedir a toda la plantilla, en nuestro caso ocho puestos y casi un centenar en el total de la plaza", advierte. Mientras, gusten más, menos o están actualizadas o no, lo cierto es que cumplen su función de termómetro del turismo en la ciudad. Y no sólo eso, ya que los coruñeses son los primeros en querer ponerse a los pies de su heroína y parar el mundo un ratito.

 

Al final, la hostelería, en A Coruña, es de las más importantes entre las cosas que más importan. 



 

¿Qué pasará con las terrazas de María Pita en 2025?

Te puede interesar