Este martes la Audiencia Provincial de A Coruña acoge una nueva sesión del juicio por el crimen de Samuel Luiz. Se trata de una jornada especialmente dura, en la que declaran los médicos forenses encargados de realizar la autopsia del joven de 24 años que falleció a causa de una brutal paliza el 3 de julio de 2021. Por la sala también han pasado este martes dos agentes de Policía Nacional. 

El primero participó en detenciones y analizó el teléfono móvil de Alejandro Míguez, en el que se encuentra poca información: "Hubo un cambio de teléfono y no era el que portaba el día de los hechos". El segundo agente también llevó a cabo varias detenciones y se encargó del volcado del móvil de Alejandro Freire, alias Yumba. En este se halla una conversación de un grupo de WhatsApp en la que participaban Katy Silva, Diego Montaña, Alejandro Freire y uno de los menores condenados. En esta, Yumba insta a todos a reunirse en el parque de San Diego horas después de la agresión mortal a Luiz. Además, esa misma noche se produjeron numerosas llamadas entre la mayoría de los acusados.

La declaración de los médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) se centra en explicar el estado de Samuel cuando perdió la vida. La autopsia concluyó que se trató de una muerte "por golpes múltiples". A la víctima se le paró el corazón al menos en seis ocasiones tras la agresión. El 3 de julio de 2021 el joven quedó inconsciente en el suelo, una persona comenzó las maniobras de reanimación, que luego continuaron, primero en una ambulancia con soporte vital básico (sin médico) y después en otra con soporte vital avanzado. En ese tiempo, "Samuel entró en parada en varias ocasiones", si bien no se puede precisar una cifra concreta. En la ambulancia, mientras lo trasladaban al hospital, su corazón se paró otras tres veces. 

A las 04.16 horas llega al hospital, donde vuelve a entrar en parada. Es entonces cuando le hicieron maniobras de reanimación durante noventa minutos, pero nada se pudo hacer por salvar su vida. Los médicos forenses enumeran numerosas lesiones por todo el cuerpo, tanto externas como internas. Las lesiones de la cabeza generaron una "presión craneal" que evitó la circulación sanguínea, produciendo la muerte cerebal. Además, los expertos no localizaron ninguna herida defensiva en uñas o nudillos, lo que indica que, durante la agresión, Samuel "no parece que se haya defendido".