Ni patrulla vecinal, ni denuncias, ni amenazas a los incívicos. Nada funciona en la Sagrada Familia, donde la basura en forma de muebles abandonados y demás voluminosos se acumula y multiplica a un ritmo que los residentes no pueden contener. Así se lo hizo saber la asociación vecinal a los responsables de Seguridad Ciudadana, en una reunión en la que se pidió colaboración y se detalló gráficamente el problema. “Es un auténtico desastre y no sabemos cómo pararlo, no hay manera”, lamenta el presidente, Juan Rodríguez.
Solamente a mediados de diciembre pareció tener un respiro el vecindario, coincidiendo con una movilización que llevó a empapelar todos los contenedores e identificar dos matrículas que fueron remitidas a la Policía Local. “No hemos sido capaces de localizar a nadie más, y eso que llevamos varios días de guardias constantes”, explica. “Todo este tema mete mucho miedo y al menos Seguridad Ciudadana nos dijo que nos echaría un cable e intensificaría las patrullas en los puntos calientes, a ver si entre los dos somos capaces”, agrega.
Algunos vecinos sí han logrado identificar y denunciar a título individual, pero la asociación entiende que se trata de un movimiento organizado y dice perseguir “el caramelo más gordo de todos”.