Menos de un día después del intercambio de pareceres en la reunión con la plana mayor del Gobierno local, los vecinos de las Casas de Franco se han puesto manos a la obra y le han tomado la palabra a Inés Rey. Y es que, si bien el tercero de los encuentros entre ambas partes acerca del proceso de humanización clarificó y acercó más posturas que nunca, el Ayuntamiento instó a los residentes entre el 257 y el 261 de la ronda de Outeiro a plantear sus alegaciones con la rigurosidad por bandera. “Estamos abiertos a cualquier modificación que quieran hacer y cuya viabilidad técnica puedan demostrar aportando los informes técnicos que lo acrediten”, aseguraban fuentes municipales. Dicho y hecho: el primer paso ha sido pedirle a la Xunta de Galicia, a través de la Consellería de Industria, una inspección técnica de la zona.
En un escrito remitido al Gobierno autonómico, y firmado por la plataforma vecinal, se pide “unha inspección técnica urxente de Industria e tódolos trámites que dela puideran derivarse, co obxecto de que, de ser viable, se reconduzca o trazado por unha zona regulamentariamente máis acaída, evitando así a elevación da zona de asueto e mellorando a accesibilidade universal para toda a veciñanza”. Es decir, los vecinos quieren sondear una alternativa para el soterrado de los cables de alta tensión, principal argumento para que los planos del Ayuntamiento mantengan una elevación de 40 centímetros en algunas zonas.
Argumenta el escrito tres puntos para pedir máxima celeridad a la actuación autonómica: por una parte, los remitentes creen que el proyecto municipal “semella que está a vulnerar a norma que rexe a instalación do tendido eléctrico de media tensión” y que, “polo que se aprecia, estaríase a substituír o actual trazado que discorre baixo unha vía de tránsito peonil de dominio público conforme á norma por un novo trazado que discorre sobre un parking de uso privado”.
Finalmente, aseguran los vecinos que “mentres o vello tendido conéctase con arquetas ben aliñadas e semella presentar dúas únicas curvaturas nun plano horizontal para sortear o acceso peonil ao devandito parking, o novo trazado leva parellas outras dúas curvaturas adicionais moi pronunciadas para conectar coa primeira e a última das arquetas” y, por lo tanto, concluyen que esa última arqueta y su conexión “semella mesmo que de ningún modo poderá levarse a cabo cumprindo coa normativa vixente”. Para todos estos formalismos los vecinos han acudido a profesionales de la arquitectura como asesores.