Un verano inestable e imprevisible, las lluvias recurrentes o la reciente masificación en el centro con motivo de los conciertos de María Pita habían hecho hasta ahora de los meses de junio, julio y el comienzo de agosto un periodo estival muy por debajo de lo esperado en la hostelería de Riazor. Solamente el ascenso del Deportivo y una apuesta segura como la noche de San Juan habían ayudado a capear, literalmente, el temporal para una zona que vive del brillo de Lorenzo y también de los eventos. Conseguido lo primero, tanto los bares como los restaurantes afrontan desde hoy la doble jornada del Noroeste como cita ineludible para cuadrar los números.”.
Y es que el tirón de Xoel López, Crystal Fighters, Vetusta Morla o incluso los muradanos The Rapants hace que muchos consideren el festival como una especie de San Juan alternativo, ya que buena parte de los asistentes realizan con cierta asiduidad el trayecto entre el arenal y las barras, mayoritariamente a pie de calle, que se habilitan para estas dos noches. Le toca muy de cerca esa realidad a Héctor Cañete, presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de A Coruña y propietario del Boulevard de Rubine. “Pondremos grifos fuera y haremos refuerzos especiales de personal hasta donde se pueda contratar: hablamos, respecto a un fin de semana normal, de multiplicar por cuatro la facturación”, subraya. Sin embargo, en este caso le da la vuelta al dicho y no hay bien que por mal no venga. “Lo que estamos haciendo es compensar los tres o cuatro fines de semana anteriores, entre conciertos, orquestas en el área metropolitana y el mal tiempo”, añade.
La sed de los asistentes al Noroeste no entiende de tipo de establecimiento: muchas veces se trata de buscar una barra y un grifo de cerveza. “Es igual que un día de fútbol y desde que abrimos hay movimiento”, subraya una trabajadora del Wok de la plaza de Portugal.
Por su parte, Emilio Ron, responsable de El Olivo, dice: “El Noroeste es una parte fundamental de las fiestas de la ciudad y el seguir conservando la playa es fantástico. Es algo que hay que agradecer a Nonito Pereira. Pero ha sido el peor verano de los últimos 20 o 30 años. Creo que no recuerdo algo peor”.