El apuñalamiento a un enfermero en el Chuac la semana pasada ha puesto en alerta a las autoridades gallegas. Con la intención de responder de manera más rápida y eficaz ante un “problema creciente”, la Fiscalía de Galicia y la Consellería de Sanidade acordaron ayer en A Coruña implementar una serie de medidas para agilizar las denuncias de agresiones al personal sanitario.

El fiscal superior de Galicia, Fernado Suanzes, destacó la importancia de promover las denuncias como un paso clave para garantizar que las agresiones sean tratadas con urgencia. “Es necesario que los profesionales de la salud sientan que la Justicia está de su lado”, afirmó.

Grupo de trabajo

Por su parte, el conselleiro de Sanidade, Antonio Gómez Caamaño, anunció la creación de un grupo de trabajo con los colegios médicos, gestores sanitarios, personal del 061, Emergencias y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, para revisar los protocolos frente a la violencia en el ámbito sanitario de forma coordinada.

“Se va a invitar a todas las entidades que creemos que deban formar parte de este grupo de trabajo para tener la perspectiva de todas las partes implicadas y tomar después medidas específicas que cubran las posibles fisuras que puede haber”, explicó el conselleiro. 

La Consellería de Sanidade anunció también que la Administración autonómica se personará en las causas judiciales derivadas de estas situaciones. 

Caamaño se comprometió asimismo a ofrecer asesoramiento legal y apoyo a todas las personas que sufran cualquier tipo de violencia en el ejercicio de su labor. “Las agresiones al personal sanitario son un problema que a la Consellería le preocupa mucho y está dispuesta a tomar todo tipo de medidas para intentar solucionarlo lo antes posible”, afirmó.

La reunión coincidió en una nueva jornada de protesta de los trabajadores del Chuac, que aseguran que las medidas activadas por la gerencia no son “inmediatas” ni “suficientes”.