Un grupo de vecinos de Os Mallos, preparan movilizaciones después de haber sido recibidos esta misma semana por el Ayuntamiento en donde expusieron sus preocupaciones sobre el barrio: suciedad, falta de iluminación, la desaparición de los árboles de la plaza de Padre Rubinos, el cambio de la parada de la línea 11 y, sobre todo, los okupas y la sensación de inseguridad que provocan los hurtos, robos y otros episodios. Los responsables municipales escucharon todas sus quejas pero no pusieron sobre la mesa ninguna solución. Es por eso que los vecinos estudian boicotear las inauguraciones de las obras municipales como la de Padre Rubinos.
La posición del Ayuntamiento es delicada porque, como señalan, no tiene competencias para actuar contra el problema que más preocupa a los vecinos, que es la inseguridad. Es el Cuerpo de la Policía Nacional el que tiene esas competencias, aunque con la asistencia de la Policía Local. Tampoco pueden hacer mucho contra la ocupación irregular en sí, del que los vecinos han denunciado cerca de media docena de casos, porque se trata de un problema judicial que los propietarios de los inmuebles allanados tiene que decidir en los tribunales, por vía penal o administrativa.
Pero los vecinos están molestos también por causas que si son competencia directa del Ayuntamiento, como el cambio de la línea 11, que dejó de pasar por la avenida de Os Mallos para hacerlo por la de Arteixo. La retirada de esa parada de autobús afecta sobre todo a los ciudadanos de la Tercera Edad que se dirigen al centro de salud. El cambio, que tuvo lugar a mediados de marzo, debía ser solo provisional, con motivo de unas obras.
En realidad, no es más que el primero de una serie de cambios que estudia la Concejalía de Movilidad para mejorar la red de transporte público pero los vecinos consideran que les perjudica, así que se han embarcado en una campaña de recogida de firmas. Ya habían realizado otra después de la tala de los árboles de la plaza de Padre Rubinos, a pesar de que la Concejalía de Medio Ambiente insistió en que se trataba de ejemplares enfermos y que eran peligrosos y consideran que el Gobierno local no los escucha, igual que en el caso de la peatonalización de Ramón Cabanillas, que criticaron por la eliminación de plazas de aparcamiento.