La comisión de Coruña Marítima se reúne hoy para estudiar el borrador con las bases estratégicas que deberá tener el pliego de condiciones para elaborar el plan rector del puerto. En esas páginas se escribirá el futuro de la fachada marítima. Se plantea, entre muchas otras ideas, crear una o varias láminas de agua de gran tamaño en el muelle de San Diego, una especie de lagos de agua de mar en los que desembocaría el río Monelos, que discurre bajo el subsuelo de la ciudad pero que en su tramo final lo haría a cielo abierto. De esta manera, la reurbanización del puerto serviría también para recuperar una parte del patrimonio de la ciudad que yace enterrado.
De esta manera, el océano podrá recuperar algo del terreno que se ha ganado en los últimos decenios. Esa ha sido la tradición en A Coruña: crecer a expensas del Atlántico. Gracias a los rellenos, los coruñeses pueden disfrutar de lugares de esparcimiento tan emblemáticos como los jardines de Méndez Núñez o La Solana. Las antiguas playas y escollos están enterradas bajo toneladas de cascotes y ya solo se conservan en antiguas fotografías de época.
Iniciativas semejantes se están proyectando en otros puertos. Por ejemplo, hace un año el Ayuntamiento de Motril presentó el proyecto Marina Playa Granada: una lámina de agua dedicada a la náutica deportiva. La idea en este caso es aprovechar el turismo náutico y generar nuevos puntos de atraque en veleros, retirando relleno.
La costa coruñesa cambió mucho con el relleno, y no es la misma de antes. Y el clima tampoco, por supuesto. El nivel del mar está subiendo lentamente, y hay que preparase. Por eso el plan rector podrá plantear la introducción de láminas de agua en los terrenos hoy rellenados y que dejen de tener uso portuario. Esta posibilidad y la anterior del río Monelos deberán considerar el impacto de la actuación del cambio climático y los posibles riesgos de inundación consecuentes.
En este sentido, Ruth Varela, presidenta de la delegación del Colegio de Arquitectos de Galicia (COAG), señala que “o porto é neste momento a primeira barreira fronte ao cambio climático que ten a cidade; lembremos que o cantil do Porto está máis alto que a beirarrúa do Banco Pastor”.
CIFRAS |
3.015.000 EUROS |
277.000 METROS |
200 MILLONES |
4.000 PLAZAS |
Aunque la nueva lámina de agua que se plantea en San Diego no tendría usos náuticos, dado que no tendría una conexión directa al mar por superficie, no se descarta que haya pequeñas embarcaciones, como botes a remo, en este lago artificial o piscina que permitiría a la ciudadanía encontrase de nuevo con el río Monelos, por lo menos en su fase final. Pero hay que recordar que existen iniciativas vecinales y otros proyectos que buscan rescatar esta corriente.
Quien despertó el interés del público por este antiguo curso fluvial fue la cineasta Ánxeles Huerta, que rodó en 2016 el documental ‘Esquece Monelos’, en el que recorría parte de este río, que nace y muere en el término municipal coruñés. Huerta, que empleó el caudal como una metáfora del olvido, rodó imágenes del curso subterráneo y recogió testimonios de personas que lo conocieron a cielo abierto antes de que, en 1966, se decidiera soterrarlo.
Sin embargo, su memoria permanece, tanto en el callejero, donde se le dedica la calle que sigue su curso, como en su cruce con Alcalde Marchesi, donde recientemente se instaló un estanque con pavimento azul para recordar a todos los peatones que transitan por allí que bajo sus pies también circulan las aguas.
El documento incide en el aspecto medioambiental, con un ‘ecobarrio’ que sería neutral energéticamente
En 2019 surgió del CartoLAB (el Laboratorio de Ingeniería Cartográfica) el proyecto Monelos River Revival en la Facultad de Caminos, de la ingeniera Amal Nnechachi que tenía como objetivo definir los métodos que serían necesarios para recuperar la cuenta del río. Es imposible conseguirlo totalmente, pero existen algunos tramos donde es posible actuar urbanísticamente y uno de ellos es, sin duda, el puerto. Dejando atrás las calles llenas de tráfico, los coruñeses podrían disfrutar de unas decenas de metros de río y de su boca.
El aspecto ecológico está muy presente en el borrador, que incluye varias propuestas, aunque aún queda mucho camino por andar, y primero debe celebrarse un concurso internacional para elaborar el plan rector, además de varios foros para recoger opiniones de toda la ciudadanía. Nada es seguro todavía.
Con la intención de contribuir a la adaptación y mitigación de los efectos del cambio climático, las propuestas deben integrar criterios de urbanismo y arquitectura bioclimática, mediante soluciones específicas para la ordenación, la urbanización y la edificación. Así, en la zona donde habrá viviendas, que es precisamente en San Diego, se plantea un ‘ecobarrio’ que sea lo más autosuficiente posible en términos energéticos, dotado con paneles solares e incluso con pequeños molinos eólicos.
En esto puede ayudar el río Monelos, porque otras de las iniciativas que se hallan sobre la mesa es instalar turbinas que permitan aprovechar la fuerza de su corriente y transmitirla a unos molinos. En realidad, todas las edificaciones planteadas, incluso los grandes edificios emblemáticos que podrían acoger eventos culturales serían neutrales energéticamente.
El acceso al mar para la ciudadanía es otro de los ejes del plan, fusionando los dos ámbitos como antaño
En este sentido, la delegada del COAG se muestra en contra de que se construyan viviendas de ningún tipo en primera línea de costa, ecológicas o no, precisamente por el cambio climático y los riesgos de inundación que conlleva: “Precisamos preparar esta infraestrutura para eventos climáticos extremos, con estratexias como establecer zonas de inundación controlada”.
Pero, por otro lado, el borrador de las bases estratégicas que se va a llevar a la comisión hace mucho hincapié en acercar al público a las láminas de agua, fusionando puerto y ciudad. No solo físicamente, eliminando barreras como el cierre perimetral, o urbanísticamente, prolongando las calles de forma natural hasta el mar, sino también a nivel visual, evitando que ninguna estructura estropee la panorámica. El ingeniero Javier Ancinas, que ha trabajado en varios proyectos de transformación de los muelles herculinos, recalca su importancia. “A Coruña es una ciudad portuaria, e incluso el puerto pudo haber estado antes que la ciudad. Cuando crecía el puerto, crecía la ciudad”.
Esta simbiosis se rompió con la llegada de productos contaminantes como el carbón o el petróleo. “Es estupendo que las mercancías peligrosas se trasladen al Puerto Exterior”, expresa Ancinas, que había diseñado un gran puerto deportivo en el muelle del Centenario, cambiándolo por completo. En cuanto al río Monelos, considera que es importante para la ciudad. “Pero hay que verlo en un contexto más amplio: todo el conjunto que implica, que es la ciudad, la ciudad portuaria, el puerto, y el Puerto Exterior”.