Hace casi un año, el 15 de octubre de 2023, la Xunta aprobó el decreto para facilitar la reconversión de bajos y locales comerciantes en viviendas. Una normativa que simplificó los requisitos existentes hasta el momento. Por ejemplo, que bajos con una altura de 2,5 metros puedan transformarse en viviendas cuando antes se requería un mínimo de 3,2 metros. Desde entonces, según el último informe elaborado por la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias (Fegein), A Coruña y Vigo, junto con sus áreas metropolitanas, son las que más expedientes de reconversión de cambio de uso han tramitado, representando el 82% del total de licencias.
Esto se refleja en los números. Si en enero de 2023 había 820 locales vacíos en la urbe y en el mismo mes de este año 925, actualmente la cifra ha descendido hasta los 740. En Vigo, por su parte, se contabilizan 1.150 establecimientos sin actividad (20 menos que en enero); y en Pontevedra, 260 (275 en el primer mes del año). El resto de ciudades, por el contrario, ha experimentado un incremento de bajos o locales comerciales vacíos: Santiago tiene, a día de hoy, 460, frente a los 400 de enero; Ferrol, 310 (270); Lugo, 315 (250); y Ourense, 1.595 (1.525). Desde Fegein indican que Santiago y Ourense son “las únicas que no han iniciado ningún expediente de cambio de uso del que tengamos constancia”.
El presidente de la patronal inmobiliaria, Benito Iglesias, señala que el cambio de la normativa que entró en vigor hace un año es “claramente positivo”, a pesar de que “los tiempos de concesión de una licencia municipal de reforma son demoledores”. Considera “inexplicable” que la administración local de Santiago de Compostela “obvie y desprecie en su totalidad” dicha normativa y a la par “manifieste su desespero ante la reducida oferta de viviendas en alquiler”.
Iglesias iría más allá y defiende que se debería flexibilizar todavía más la modificación del decreto de habitabilidad en bajos y entreplantas comerciales para su conversión en viviendas, “ya que su rigidez aún sigue siendo un importante cuello de botella para cientos de bajos vacíos y es una buena alternativa para la futura ubicación de las viviendas turísticas en plena polémica”.
Según señala la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias, la mayoría de los locales que se están derivando a uso residencial proceden de uso industrial (29.9%) o almacenamiento (27,2%). Los bajos que antes eran comercios representan el 22,2% del total.
Ya en lo tocante solamente a la ciudad coruñesa, y mientras se debate sobre la declaración de zona tensionada o la regulación de los pisos turísticos, el presidente del Colegio Oficial de la Arquitectura Técnica de A Coruña (Coatac), Carlos Mato, confirma también que “está habiendo muchísima demanda por parte de propietarios para convertir bajos en vivienda”.
Por su parte el comercio local solicita protección para que esta tendencia “no mate al pequeño comercio”. “El hecho de que se conviertan bajos comerciales en pisos resta oferta al comercio. Pedimos protección para el pequeño comercio y que se regule la situación de los bajos para evitar, entre otras cosas, que los precios suban”, señala el presidente de la Federación Unión Comercial Coruñesa (FUCC), José Luis Boado. Esta protección iría destinada, sobre todo, a las zonas de alta influencia comercial, como pueden ser las calle Real o Torre. “Son zonas sensibles para el comercio y creemos que hay que regularlo”, sostiene.
Sin embargo, Carlos Mato asegura que “no se cierra el comercio con este cambio”. La demanda está orientada, sobre todo, a zonas periféricas”, explica el presidente de Coatac. Reseña que en áreas como la calle Barcelona, “en la que hay mucha gente mayor y muchos pisos no tienen ascensor”, la iniciativa es especialmente bien recibida.