En la época de los tardeos vintage y la carrera hacia el mejor retrato de los 80 y los 90, para muchos regresará una fotografía propia de otro tiempo y unos usos muy diferentes: los bares llenos de gente para cenar y ver un partido, por mucho que su emisión sea en abierto. La celebración de la final de la Copa del Rey entre el Real Madrid y el Barcelona se ha colado en la agenda de la hostelería para un paquete tan poco habitual como finalmente lucrativo: las reservas de grupos de amigos para asegurarse una mesa y cenar durante la disputada del duelo.
Tiene mucho que ver el hecho de que sea sábado y de que el pitido inicial sea a las 22.00 horas. Sin embargo, al contrario que sucedía durante la etapa de la televisión únicamente analógica, no cualquier espacio es idóneo o perfecto para crear la atmósfera necesaria. Es un Clásico, y tanto merengues como culés optan por crear la atmósfera más afín a sus colores o buscan rodearse de seguidores de su equipo. Entre los templos neutrales y que se han especializado en este tipo de citas está el Sport Café de la calle Pontejos, donde encontrar acomodo en un Clásico o un día grande Champions se hace especialmente difícil. Eso sí, no reservan mesa por política del local. “La gente empezará a llegar dos horas antes para coger sitio. Si hiciéramos reservas seguramente perderíamos de facturar, porque muchos se acomodarían”, confiesa la gerencia, que dará servicio de tapas todo el duelo y reconoce que tendrá que mediar como habitualmente: “En el Sport Café siempre había ambiente de derbi. A veces incluso nos toca mediar a nosotros”.
Incluso los templos deportivistas los ‘profanarán’ los practicantes de otras ‘religiones’. A escasos metros del estadio de Riazor, el Rompeolas es punto de encuentro blanquiazul, liceísta y del Básquet Coruña. Sin embargo, para esta noche no queda un asiento al azar. La única exigencia de la propiedad es cenar durante la final. “Tenemos todo lleno desde hace una semana, aunque los sábados solemos llenar de por sí”, subraya. Tampoco será fácil hacerse con un lugar en La Cervecería de Estrella Galicia, especialmente en el piso inferior. En el superior está todo reservado desde hace días. Eso sí, como finalmente haya prórroga, se dará un conflicto con la hora de cierre, estipulada a medianoche.
Será un oasis futbolero en medio de una dinámica de renuncia al fútbol en los bares, debido sobre todo al precio de los packs para Liga y Champions. Según Héctor Cañete, presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de A Coruña, la ayuda será clave. “Siempre que hay un evento así siempre es importante. No soluciona la vida, pero suma”, dice. Incluso, en aquellos locales sin televisión. “A lo mejor se da el caso de muchas veces: sitios para cenas que no tienen tele y un comensal siguiendo el partido en el móvil”, bromea.
Por otra parte, en Elviña, los clientes habituales ya han reservado El Invernadero como hacen para las grandes citas en forma de partidos. Lo harán casi en forma de reservado. Finalmente, una vez acabe el duelo, la mayoría de locales de ocio nocturno controlarán la vestimenta para evitar posibles piques entre aficiones en los pubs y discotecas, por mucho que la ropa de fútbol esté de moda.